El 20 de marzo de 1953 nació en Rosario, provincia de Santa Fe, Alicia Kozameh, una escritora argentina nacida de la unión de un hombre de origen libanés cristiano y de una mujer de procedencia siria y religión judía.
En 1973, esta joven cuya vida quedó marcada por la temprana muerte de su hermana mayor, comenzó a estudiar Filosofía y Letras en la Universidad Nacional de Rosario. Dos años después, el 24 de septiembre de 1975, Kozameh fue detenida por su militancia política en un partido de izquierda, el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Por ese entonces, pasó sus dias presa en uno de los lugares de detención más peligroso del país conocido como «El sótano», de la Alcaidía de Mujeres de la Jefatura de Policía de Rosario. Tiempo después, ya en la penitenciaría de Villa Devoto (en la ciudad de Buenos Aires), una amnistía de Navidad la dejó libre pero vigilada.
Por supuesto, no fue fácil para esta mujer rehacer su vida. A la dificultad para encontrar trabajo se le había sumado las amenazas que continuaba recibiendo pese a que los seis meses de libertad vigilada ya habían quedado atrás. Es que, aunque no le otorgaban el pasaporte, tanto las autoridades policiales como las militares le exigían que se fuera del país. Ante esa situación, apenas tuvo en su poder la documentación requerida, Alicia Kozameh decidió exiliarse y así fue como llegó a California y, tiempo después, a México.
En ese periodo de destierro, la escritora se ganó la vida en una agencia de prensa, fue redactora en jefe de la publicación literaria «La brújula en el bolsillo», se desempeñó como jefe de oficina y, en Santa Bárbara, fue directora de la biblioteca de la agencia «Los Niños de las Américas».
El regreso de la autora a su tierra natal tuvo lugar en 1984. A partir de allí, trabajó bajo la modalidad freelance para una agencia de marketing en Buenos Aires, fue empleada de la Escuela Freudiana y publicó varios cuentos y artículos en diversos medios argentinos.
En 1987, con la aparición de su novela «Pasos bajo el agua», las amenazas y presiones policiales que ya parecían haber quedado en el olvido vuelven a cobrar fuerza y, por esa razón, Kozameh decide regresar al año siguiente a California. Siempre ligada a las actividades literarias, la escritora se dedicó en territorio estadounidense a catalogar libros en la biblioteca de la University of Southern California (USC), fundó un centro cultural latinoamericano en Los Ángeles, enseñó literatura y creó la revista literaria «Monóculo».
«El séptimo sueño», «259 saltos, uno inmortal», «Patas de avestruz» y «Ofrenda de propia piel» son otros de los libros publicados por esta argentina que ha sido reconocida con el Premio Crisis (Argentina) y compartió con otras autoras el Premio Memoria Histórica de las Mujeres en América Latina y el Caribe 2000.
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