El 8 de febrero de 1864 nació en la Ciudad de México Luis Gonzaga Urbina, el escritor mexicano que estudió en la Escuela Nacional Preparatoria y se destacó en el ámbito literario, más allá de que ejerció actividades vinculadas a la docencia.
Su debut en el mundo de las letras tuvo lugar en la redacción de «El Siglo XIX». Tiempo después, se convirtió en secretario personal del por entonces ministro de Instrucción Pública, Justo Sierra, y tuvo a su cargo la cátedra de Literatura española tanto en la institución educativa donde él había asistido, como así también en la de Altos Estudios.
En lo que respecta a su trayectoria literaria, Gonzaga Urbina sumó experiencia como periodista y crítico de música y teatro en reconocidos medios tales como «El Mundo Ilustrado», «Revista de Revistas» y «El Imparcial».
En 1913, el mexicano asumió como director de la Biblioteca Nacional, un cargo que mantuvo hasta 1915, año en que el autor se exilió en La Habana debido a la Revolución que tuvo lugar en su pais.
Ya en territorio cubano, Urbina retomó sus actividades docentes y periodísticas. En ese contexto, es enviado como corresponsal de «El Heraldo de La Habana» a Madrid, ciudad donde vivirá hasta su muerte, más allá de algunas estadías en Buenos Aires (donde dictó un ciclo de conferencias sobre Literatura Mexicana), Italia e, incluso, en México.
Primer secretario de la Embajada de México en España y Secretario del Museo Nacional de Arqueología, Etnografía e Historia de México fueron otros de los cargos desarrollados por este mexicano que falleció el 18 de noviembre de 1934.
Dentro de su legado literario, pueden citarse obras como «El teatro nacional», «La literatura mexicana durante la guerra de la Independencia», «La vida literaria de México», «Ingenuas», «Puestas de sol», «Lámparas en agonía», «El poema de Mariel», «El corazón juglar» y «Cancionero de la noche serena», entre otras.
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