Dentro de la literatura hebrea moderna, uno de los exponentes más destacados es, sin duda, Shmuel Yosef Agnón, el escritor judío que nació en 1888 en Buczacz. De su padre, rabino, este joven cuyo apellido real era Czaczkes no recibió educación formal pero adquirió conocimientos vinculados a las historias conocidas como aggadah, mientras que de su madre aprendió literatura alemana.
Seducido desde pequeño por este universo de letras, Shmuel comenzó con sólo ocho años a crear textos en Yiddish y hebreo. Tiempo más tarde, siendo ya un adolescente de 15 años de edad, el escritor publicó su primer poema. A partir de ese entonces, su talento y afición lo llevarían a publicar de forma regular cerca de 70 poemas.
Aunque a los 21 años, atraído por el ideal sionista, Agnón decidió trasladarse a Palestina y llevar una vida algo alejada de la religión, pronto volvería a sus raíces, retomaría sus tradiciones y se mantendría en la línea de judío conservador. Con la llegada de la Primera Guerra Mundial, Agnón volvería a marcharse de Israel, esta vez para instalarse en Alemania (donde vivió durante once años), pero siempre con el convencimiento de regresar a Jerusalén, donde en 1929 los disturbios árabes terminarían destruyendo sus escritos y su biblioteca personal.
«Esposas abandonadas», «La dote de la viuda», «Estos y aquella», «Sobre el umbral», «El anfitrión de la noche», «Cuentos de Jerusalén», «Ayer y el día antes», «Hasta aquí» y «El fuego y la madera» son algunos de los títulos que forman parte de la obra literaria de este autor que falleció el 17 de febrero de 1970. En materia de reconocimientos, cabe destacar que, a lo largo de su trayectoria, Shmuel Yosef Agnón fue distinguido con el Premio Bialik (el galardón más prestigioso de las letras de Israel) y, en 1966, recibió el Premio Nobel de Literatura.
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