El español Salvador Bartolozzi Rubio, quien dejó huella en la historia cultural de su país como ilustrador, historietista y escritor, llegó a este mundo el 6 de abril de 1882 en territorio madrileño. De acuerdo a los registros, el primogénito de la pareja compuesta por la española Obdulia Rubio y el italiano Lucas Bartolozzi fue muy admirado como dibujante.
Con apenas catorce años de edad, este artista que asistió a la Escuela de Bellas Artes de San Fernando donde trabajaba su padre logró que la revista “Nuevo Mundo” publicara dibujos suyos.
El camino como pintor, en tanto, lo inició en 1901 durante su estadía en la capital de Francia. De nuevo en su patria, Salvador le aportó ilustraciones a Calleja (sello editorial en el cual llegó a desempeñarse como director artístico) y, en 1915, junto a Ramón Gómez de la Serna, impulsó la tertulia que tenía como escenario al Café Pombo. Una década más tarde le dio origen a “Pinocho”, un pintoresco semanario para chicos.
Este hombre que además fue colaborador de medios como “Ahora”, “El Libro Popular”, “La Ilustración Española y Americana” y “El Cuento Semanal” logró éxito, asimismo, al conquistar a los más pequeños con “Aventuras Maravillosas de Pipo y Pipa” a través de la revista “Estampa”.
Respecto al plano personal, no se puede dejar de mencionar que mantuvo un vínculo sentimental con Angustias Sánchez, amor fruto del cual nació su hija Francisca, quien heredó su pasión y habilidad en materia de arte.
En tiempos de guerra civil, Bartolozzi se trasladó a Francia, superficie que abandonó para, previo paso por Niza, llegar a la ciudad marroquí de Casablanca y desde ahí viajar al municipio mexicano de Veracruz. El 9 de julio de 1950, el artífice de publicaciones como “Pinocho en la isla desierta” y “Pipo, Pipa y el lobo tragalotodo” encontró la muerte en Ciudad de México.
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