Hablar de la Guerra Civil española, al igual que del resto de conflictos bélicos que han tenido lugar a lo largo y ancho de la geografía mundial, es hablar de crudeza. Este horror y dolor afecta a todas las personas y a todos los ámbitos, entre ellos a la cultura.
En el caso concreto de la literatura, en España el estadillo de dicha guerra y la llegada del posterior régimen dictatorial fue un duro mazazo para aquella. Por un lado supuso el asesinato de autores como el siempre mágico Federico García Lorca, y por otro llevó consigo el exilio de escritores que vieron coartada su libertad intelectual. Y es que la censura es siempre férrea, injusta y ahorcadora de ideas.
El poeta gaditano Rafael Alberti fue uno de esos autores que se vio obligado a abandonar el país cuando se produjo la derrota definitiva del bando republicano y es que él siempre mostró su compromiso con la izquierda. París fue el primer destino de su «huida literaria» pero la retirada de su permiso de trabajo por parte del gobierno de Petain, al considerar que era un comunista peligroso, le hizo marcharse a Buenos Aires.
Sudamérica, patria adoptiva
A tierras argentinas llegaría el 2 de marzo de 1940 y en ellas encontró el abrigo necesario para su obra, aunque también estuvo en Roma y en Punta del Este. El regreso definitivo a su tierra lo logró en plena Transición, en el año 1977.
Menos suerte tuvo el escritor Emilio Prados que nunca volvió definitivamente a España pues murió en México, país que le dio cobijo.
Siempre mostró de manera abierta su compromiso con la izquierda y fue incluso así cuando estalló la Guerra Civil pues pasó a engrosar las listas de la «Alianza de Intelectuales Antifascistas» y a organizar un homenaje a Lorca. Pero la situación cada vez era más convulsa y peligrosa para su integridad por lo que finalmente, siguiendo la estela de otros compañeros, se dirige hacia París desde donde se encamina a tierras mexicanas.
El abandono de su tierra, de su patria, fue un dolor que llevó siempre consigo y así lo demuestran sus últimas obras, las comprendidas en el periodo de 1939 a 1962. En ellas, la soledad y el desarraigo son los protagonistas. Mínima muerte o Memoria del olvido son fiel ejemplo de ello.
Argentina fue el destino que eligió, por su parte, el padre de las conocidas greguerías: Ramón Gómez de la Serna. Un autor que sufrió enormemente el tener que dejar atrás su país, su círculo literario y el conjunto de libros que durante más de cuarenta años había reunido para crear una magnífica biblioteca.
Exilio o adaptación
Salvador de Madariaga, Luis Cernuda o Juan Ramón Jiménez, que estaba fuera de España cuando estalló la guerra y decidió no volver, fueron otras de las mejores plumas que se vieron en la necesidad de separarse de sus raíces para proteger su integridad física pero también su libertad literaria.
Otros compañeros, sin embargo, prefirieron quedarse en el país, no enfrentarse al régimen instaurado y en algunos casos concretos incluso llegar a congraciarse con él. Azorín, Gerardo Diego o Jacinto Benavente fueron algunos de los que optaron por, en mayor o menor medida, aceptar la situación en la que se encontraba su patria y llevarla de la mejor manera posible.
Estos últimos no sufrieron en su piel la desgarradora separación de su tierra, de sus gentes, de sus familias y amigos, de su inspiración, de su alma. El exilio fue una cruda realidad que padeció un numeroso grupo de artistas, marcados desde entonces por el mismo.
Comentarios4
TODOS ELLOS SON MÁS PUBLICITADOS POR SU POSICION IDEOLÓGICA, QUE POR SUS MÉRITOS ARTÍSTICOS.
TAN DETESTABLE FUE CANTARLE A LAS PISTOLAS DE SUS CAPITANES COMO A LOS COMPAÑEROS QUE HACEN GUARDIA SOBRE LOS LUCEROS, DE LOS UNOS Y DE LOS OTROS.
"QUO USQUE TANDEM...ABUTERE PATIENTIA NOSTRA?"
La lista está incompleta y faltan los más grandes poetas exiliados de esa época: Jorge Guillén y Antonio Machado. Además, siempre se habla de los poetas exiliados de España y nunca de los poetas cubanos que nunca pudieron exiliarse, por "la maldita circunstancia del agua" (V. Piñera) . Siempre está de por medio la ideología de Izquierda. ¿Acaso los poetas contrarrevolucionarios son menos poetas que los otros? Por lo menos Fidel Castro tuvo la decencia de pedir disculpas públicamente (en “La Jornada” de México) por los campos de concentración para homosexuales (en la Provincia de Camaguey), varios de los cuales eran grandes poetas: Virgilio Piñera, Lezama Lima y Reinaldo Arenas (escritor). Casualmente, el gobierno cubano ha decidido reconocer a V. Piñera, pero no de castigar a su asesino: Piñero, jefe de la Seguridad de Estado. Piñera no murió de causas naturales y Lezama Lima murió de pena moral por la marginación total que sufrió bajo el régimen totalitario.
Nadie tampoco habla del otro icono de la Izquierda: Salvador Dalí, quien denunció al más grande cineasta español: Luis Buñuel de comunista peligroso. Resulta que Buñuel se había exiliado en Nueva York y estaba trabajando en el museo, pero como Dalí era cepillo del Cardenal, logró que expulsaran a Buñuel de los USA. Tampoco se habla del gran poeta Mayakovsky, uno de los grandes innovadores del siglo XX, quien prefirió suicidarse antes de servirle a Stalin.
No hay espacio suficiente en este portal o en este artículo para poder poner el listado de todos los artistas que tuvieron que exiliarse por culpa de la Guerra Civil. Estos son sólo unos cuantos ejemplos de los muchísimos que existen.
Y no se trata de izquierdas o de derechas, sino simplemente de que este hecho concreto que ocurrió en España provocó el exilio de un bando lógicamente por el triunfo del contrario.
Como dices, muchos son los países que vieron como sus escritores tuvieron que huir por conflictos bélicos o dictaduras similares.
No hay espacio suficiente, pero sí tien que haber para incluir a los más grandes poetas españoles de esa época: Antonio Machado, considerado por Rubén Darío como el más profundo y Jorge Guillén, el poeta preferido de Jorge Luis Borges. Mejor recomendación no podéis tener. Por supuesto que “se trata de izquierdas y de derechas”, puesto que NUNCA se denunció las barbaridades que sufrieron los grandes poetas cubanos anticastristas. Ya dejémonos de hipocresías y doble moral, que por eso le negaron el Nobel a Borges, por no ser un arribista y ambicioso como Neruda. El mundo literario es tan corrupto como el mundo de los políticos y el que no se vende al mercado queda marginado. Neruda supo abrirse camino y existen pruebas documentales. Ya dejémonos de romanticismo barato y utopías desgastadas. Y como estamos en tema de Guerra Civil, déjame refrescarte la memoria a propósito de la gran Vaca Sagrada de la Izquierda, Pablo Neruda:
“Es una leyenda encantadora, desde luego, pero una leyenda. En una carta de junio de 1939, el poeta informa a sus autoridades: “Por ejemplo, yo me he negado a la entrada de anarquistas, Méjico los recibía hasta hace poco y ahora no sabe qué hacer”.
La empresa del Winnipeg, cuya importancia nadie desconoce, no estuvo libre de las divisiones que había generado la Guerra Civil. Así lo han establecido dos biógrafos del poeta, el alemán David Schidlowsky, autor de una investigación monumental, Las furias y las penas, y el británico Adam Feinstein (A passion for life), así como el escritor americano Stephen Schwartz. Este último es implacable: “Neruda jugó el papel de un Schindler al revés”.
Usando su estatus de diplomático, se aseguró de que los pasaportes para abordar el Winnipeg fueran para refugiados que compartían sus políticas y sus creencias, que eran las de José Stalin. Los refugiados rechazados fueron condenados al encarcelamiento o la muerte en Francia, que dentro de un año cayó en las manos de los ejércitos de Hitler”.
Estoy de acuerdo contigo en muchas de las cosas que dices. Pero, sin menospreciar a nadie, creo que todos los que yo he nombrado son grandes poetas. Machado, por supuesto que lo es, pero Rafael Alberti también.
De todas formas, ya sabes que los gustos son subjetivos. El que para tí Jorge Guillén sea uno de los mejores, porque lo es de tu amado Jose Luis Borges, no significa que para otra persona también lo sea. A lo mejor prefiere a Lorca o a Juan Ramón Jiménez.
En este artículo se trataba simplemente de contar qué sucedió con muchos artistas del momento que por culpa de una época se vieron obligados a abandonar su patria.
Sí claro, los gustos son subjetivos pero la calidad poética no los es. Lo que cuenta en la poesía es ser autentico e innovador, no es suficiente escribir bonito. Para eso sólo se necesita técnica y haber leído mucho para copiarse de los otros. La poesía es algo más que dominar el idioma literario. Hoy día todo el mundo escribe, todo el mundo toma fotos –gracias a la fotografía digital - ¿Y qué? Yo tengo dos libros de Rafael Alberti y su libro “Los Ángeles” es hermoso. Lo que quise decir es que en tu lista faltaban dos gigantes de la poesía de esa época (que se habían ido al exilio) y eso es imperdonable para alguien como tú que ostenta el cargo de informar.
En cuanto a Borges, él es el poeta y escritor más reconocido por otros escritores y otros poetas de la talla de Octavio Paz, Carlos Fuentes, Vargas Llosa, Julio Cortázar, Roberto Bolaño, y otros. ¿Para qué debe servir la poesía? ¿Para hacer poesía autentica, sin sentimentalismo y sin retorica, o para hacer famosos a los poetas? El premio es la debilidad del artista, su perdición y a la vez su mascara de presentación en los cocteles y eventos sociales intelectuales, en donde las editoriales multinacionales tienen intereses de por medio. Poetas como Borges, O. Girondo, A. Pizarnik, Olga Orozco, Virgilio Piñera, Roque Dalton, Mayakovsky, Nicanor Parra, René Char y unos cuantos más no andan detrás de los premios literarios. Tampoco codician el reconocimiento del gran público, como lo codiciaron Neruda y Benedetti. Como dijo Roque Dalton: “Los poetas comen mucho ángel en mal estado”.
Te vuelvo a insistir que mi artículo simplemente pretendía ejemplificar las situaciones que vivieron algunos poetas. Ciertamente fueron muchos los que sufrieron el exilio y a todos eran imposible mencionarlos. Para tí, según tu criterio, faltan dos de gran importancia y tengo que reconocer que son dos enormes escritores. Pero los que he nombrado, bajo mi punto de vista y también del de otros muchos profesionales que los han tomado como punto de referencia, están a la misma altura.
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