Como sabrá más de un lector, las noticias que publica Poemas del Alma con frecuencia están vinculadas a galardones literarios y a la muerte de ciertos escritores. Por supuesto, los logros y reconocimientos siempre resultan más agradables de dar a conocer, pero la realidad también nos obliga a difundir informaciones menos felices, como en esta oportunidad, que debemos hacer referencia a una nueva muerte.
En este caso, la pérdida tiene que ver con el escritor español José Carlos Gallardo, quien falleció ayer en su casa de Buenos Aires, ciudad donde residía desde 1957.
Según informaron sus familiares, los restos del poeta nacido en Granada en 1925, serán incinerados y sus cenizas se repartirán entre Argentina y la Alhambra, tal como había solicitado este autor que, a lo largo de su vida, llegó a publicar más de sesenta libros. De esta forma, el escritor se va de este mundo demostrando que, a pesar de haberse marchado de su Granada natal, jamás renegó de su procedencia granadina. Al mismo tiempo, su otra mitad desparramada por Buenos Aires tiene que ver con su elección de vida y a su convencimiento de que, después de tanto tiempo de vivir en Argentina, se podía identificar con algunas de las características propias de dicho país.
La muerte sorprendió a Gallardo justo cuando él estaba ilusionado con participar del Acto Cultural de Conmemoración de los 75 años del viaje que Federico García Lorca realizó a Argentina, razón por la cual durante este evento organizado por la Embajada de España en Buenos Aires y la Diputación granadina se le rendirá un homenaje y su viuda se encargará de leer las palabras que el recientemente fallecido poeta había preparado para la ocasión.
«Hombre caído», «La ceniza», «Oda al Paraná», «A la orilla del tiempo», «A los cuatro gritos», «Memorias en voz baja» y «También al corazón le salen uñas» son algunos de los títulos que forman parte de la obra literaria de José Carlos Gallardo.
Comentarios1
Mis más sinceras condolencias por la muerte de José Carlos, a quien conocí y frecuenté y de quien tuve los mejores estímulos para llevar adelante el Movimiento Poesía. Recuerdo de él que leerlo era como escucharlo hablar, tal era la consustanciación del hombre con el poeta. Y de entre todos sus libros, por la emoción tal vez, tengo presente su "Soledad sin soledades", tan granadino, tan argentino y tan machadiano, acaso las tres mayores pasiones de su vida.
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