Una anécdota infantil es suficiente para descubrir cómo Otávio César Júnior, un habitante de la favela conocida como Vila Cruzeiro, empezó a interesarse por los contenidos literarios.
Ese dato, con el tiempo, dejó de ser un simple recuerdo para pasar a convertirse en el fundamento de una maravillosa acción solidaria que a diario desarrolla Otávio: la de generar desde una biblioteca y con jornadas de lectura que los niños y jóvenes sientan pasión por los libros.
Según reveló el protagonista de esta cruzada cultural, su realidad comenzó a girar en torno a la literatura cuando era apenas un pequeño de ocho años de edad. Por ese entonces, había encontrado entre la basura abandonada en las inmediaciones de una cancha de fútbol una caja con juguetes relucientes y no dudó en compartir el hallazgo con sus amigos, pero en la competencia grupal para ver quién se quedaba con cada objeto él sólo pudo rescatar un libro.
Esa obra se titulaba «Don Gatón» y, en principio, no dejó contento a Otávio. Sin embargo, horas más tarde la favela donde vivía sufrió un corte de luz y fue en ese contexto que el niño decidió entretenerse bajo la luz de las velas con el relato que ahora le pertenecía.
La trama lo cautivó por completo y lo llevó a querer dedicar cada vez más tiempo a la lectura. Por fortuna, esta afición no sólo no se desvaneció con el paso de los años sino que se intensificó hasta el punto de hacer nacer en él la idea de convertirse en escritor.
Tras reunir algunos relatos de su autoría, el joven envió su trabajo a varias editoriales, pero ninguna aceptó publicarlas. Lejos de bajar los brazos frente a este desinterés, el muchacho siguió luchando por su sueño y así consiguió que, en 2003, una imprenta le editara cien ejemplares sin ningún costo.
Con su primer libro en circulación, entonces, Júnior se acercó a las escuelas cercanas a su hogar para leer las historias frente a los niños. La iniciativa lo llenó de satisfacción y hasta le permitió obtener algo de dinero producto de las ventas de algunos volúmenes, pero también le provocó deseos de hacer algo más para contagiar a los más pequeños su entusiasmo por el mundo de las letras.
Decidido a fomentar el hábito de la lectura, el flamante escritor tomó algunos libros, consiguió una alfombra para ofrecer un sitio adecuado en el cual sentarse y salió a contar historias a quien quisiera oírlo. El paso siguiente fue repetir la hazaña en asociaciones vecinales, plazas y escuelas, pero aún faltaba concretar su proyecto más ambicioso: «Ler é 10 – Leia Favela» (Leer es un 10: Lea en la favela), una campaña que inició tras ganar en un concurso 6.410 dólares.
Ese monto, sumado al dinero que le donaron amigos y allegados, le permitió hacer realidad un hermoso sueño: organizar una biblioteca en Vila Cruzeiro que no sólo enseñe y estimule a leer sino que invite a pensar.
Después de conocer esta historia descripta por InfosurHoy.com, no caben dudas de que Otávio César Júnior es un verdadero ejemplo de autosuperación y compromiso con su comunidad.
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