Nezahualcóyotl

Nezahualcóyotl nació el 28 de abril de 1402 y es un personaje ineludible de la historia de México. No sólo fue uno de los más recordados monarcas de Tetzcuco (Antiguo México), sino que además se destacó por ser un apasionado poeta.
Como gobernante, Nezahualcóyotl fue un hombre que supo gobernar con rectitud y lucidez; y gracias a su importante formación intelectual consiguió guiar al pueblo hacia un porvenir rico culturalmente.
Durante su mandato se construyeron preciosas obras arquitectónicas y se le dio un espacio fundamental al arte del que todavía podemos disfrutar si visitamos Ciudad de México: cabe mencionar que muchos de sus versos se encuentran escritos en las paredes del Museo Nacional de Antropología de esta ciudad.
Nezahualcóyotl vivió en una época de batallas cruentas y debió enfrentarlas con valentía y entereza: cuando tan sólo contaba con 16 años vio cómo asesinaban a su padre y debió defender al pueblo del invasor.
Todas sus acciones y la historia de su tiempo quedó reflejada en sus ilustres poemas. Entre ellos se destaca uno que en el que el poeta se manifiesta amante del canto de los pájaros porque son los portadores de la historia desde el presente hacia el porvenir. Los invitamos a leer sus poemas y a disfrutar de su precioso arte.

Poemas de Nezahualcóyotl

Seleccionamos del listado de arriba, estos poemas de Nezahualcóyotl:

He llegado aquí

He llegado aquí,
soy Yoyontzin.
Sólo busco las flores,
sobre la tierra he venido a cortarlas.
Aquí corto ya las flores preciosas,
para mí corto aquellas de la amistad:
son ellas tu ser, ¡oh príncipe!,
yo soy Nezahualcóyotl, el señor Yoyontzin.

Ya busco presuroso
mi canto verdadero,
y así también busco
a ti, amigo nuestro.
Existe la reunión:
es ejemplo de amistad.

Por poco tiempo me alegro,
por breve lapso vive feliz
mi corazón en la tierra.
En tanto yo exista, yo, Yoyontzin,
anhelo las flores,
una a una las recojo,
aquí donde vivimos.

Con ansia yo quiero, anhelo
la amistad, la nobleza,
la comunidad.
Con cantos floridos yo vivo.

Como si fuera de oro,
como un collar fino,
como ancho plumaje de quetzal,
así aprecio
tu canto verdadero:
con él yo me alegro.

¿Quién es el que baila aquí,
en el lugar de la música,
en la casa de la primavera?
¡Soy yo, Yoyontzin!,
ojalá lo disfrute mi corazón.

A dónde iremos

              ¿A dónde iremos?



¿A dónde iremos
donde la muerte no exista?
Más, ¿por ésto viviré llorando?
Que tu corazón se enderece:
aquí nadie vivirá para siempre.

Aún los príncipes a morir vinieron,
los bultos funerarios se queman.
Que tu corazón se enderece:
aquí nadie vivirá para siempre.

Canto de primavera

En la casa de las pinturas
comienza a cantar,
ensaya el canto,
derrama flores,
alegra el canto.

Resuena el canto,
los cascabeles se hacen oír,
a ellos responden
nuestras sonajas floridas.
Derrama flores,
alegra el canto.

Sobre las flores canta
el hermoso faisán,
su canto despliega
en el interior de las aguas.
A él responden
variados pájaros rojos.
El hermoso pájaro rojo
bellamente canta.

Libro de pinturas es tu corazón
has venido a cantar,
haces resonar tus tambores,
tú eres el cantor.
En el interior de la casa de la primavera
alegras a las gentes.

Tú sólo repartes
flores que embriagan
flores preciosas.

Tú eres el cantor.
En el interior de la casa de la primavera,
alegras a las gentes.

Pensamiento

¿Es que en verdad se vive aquí en la tierra?
¡No para siempre aquí!
Un momento en la tierra,
si es de jade se hace astillas,
si es de oro se destruye,
si es plumaje de ketzalli se rasga,
¡No para siempre aquí!
Un momento en la tierra.

Eres tú verdadero

              ¿Eres tú verdadero...?



¿Eres tú verdadero, tienes raíz?
Sólo quien todas las cosas domina,
el dador de la vida.
¿Es ésto verdad?
¿Acaso no lo es, como dicen?
¡Que nuestros corazones
no tengan tormento!

Todo lo que es verdadero,
lo que tiene raíz,
dicen que no es verdadero
que no tiene raíz.
El dador de la vida
sólo se muestra arbitrario.
¡Que nuestros corazones
no tengan tormento!

Un recuerdo que dejo

¿Con qué he de irme?
¿Nada dejaré en pos de mi sobre la tierra?
¿Cómo ha de actuar mi corazón?
¿Acaso en vano venimos a vivir,
a brotar sobre la tierra?
Dejemos al menos flores
Dejemos al menos cantos