Compañeros, enterradme en Isla Negra,
frente al mar que conozco, a cada área rugosa
de piedras y de olas que mis ojos perdidos
no volverán a ver.
Cada día de océano
me trajo niebla o puros derrumbes de
turquesa,
o simple extensión, agua rectilínea, invariable,
lo que pedí, el espacio que devoró mi frente.
Cada paso enlutado de cormorán, el vuelo
de grandes aves grises que amaban el
invierno,
y cada tenebroso círculo de sargazo
y cada grave ola que sacude su frío,
y más aún, la tierra que un escondido herbario
secreto, hijo de brumas y de sales, roído
por el ácido viento, minúsculas corolas
de la costa pegadas a la infinita arena:
todas las llaves húmedas de la tierra marina
conocen cada estado de mi alegría,
saben
que allí quiero dormir entre los párpados
del mar y de la tierra . . .
Quiero ser arrastrado
hacia abajo en las lluvias que el salvaje
viento del mar combate y desmenuza,
y luego por los cauces subterráneos, seguir
hacia la primavera profunda que renace.
Abrid junto a mí el hueco de la que amo, y
un día
dajadla que otra vez me acompañe en la
tierra.
Volver a Pablo Neruda
piensa uno cuan efímera es la vida
que pronto pasa y que rápido se olvida
el gozo de vivir sobreviviendo solo el pesar
Hasta que no dio el hombre la vuelta al mundo
no nos dimos cuenta de que la tierra era redonda
de que no es el sol sino la tierra la que ronda
alrededor del astro rey , afirmó Galileo con un sí rotundo
Desde que Ulises saliera en buscas de aventuras
y fuera hechizado por el canto de las sirenas
cruzar los mares fue culminar un sueño
Encontrarse con un mundo de fantásticas criaturas
días de radiante sol y noches de lunas llenas
el consuelo del navegante perdido es ser su dueño
Gracias
cerca de lo que más hemos amado
los lugares de gratos recuerdos y
sobre todo, muy cerca de la amada,
mujer que en verdad amo,
nuestras virtudes y defectos...
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