Yo tengo una extraña que nació salvaje,
de su lejanía se hizo el polvo,
de su soledad mi tiempo...
Ebria, en la majestad de sus costumbres,
se niega a sostener mi próxima mordida,
mi discurso en favor de otras nostalgias,
maníaca y mortal,
herida entre sus mitos
como la musa fuerte de un loco sin historia.
Amarra en estas manos tu trozo del abismo,
hazle el amor al Buitre,
a veces por milagro
se suele trasformar en oruga la oscura mariposa.
Volver a Abel G. Fagundo
la verdad que esta muy buena , me encanto de pocas palabras me dejaron tu poema solo queda decirte que me fascino
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