Los tanques rusos, nieves de Siberia,
sobre estos nobles campos españoles,
¿qué puede la amapola contra fría grasa?
¿qué el álamo del río a su furor opone?
Teníamos aún bueyes y arado de madera,
Castilla no es científica; no surge en sus terrones
la fábrica, su arcilla produce como Atenas
teogonías y olivos, batallas, reyes, dioses...
Para ganar a España, hay decir, cual Cristo,
"Mi reino no es de este mundo"; no levantar las hoces
ni prometer al cuerpo paraísos terrenales.
Y hay un destino claro, claro, colgado de los cielos
porque hay genealogía, estirpe y oraciones,
porque el niño que nace, ya tiene dos míl años
y mandan, con un gesto de reyes; sus pastores.
Venid carros de Rusia, difícil mecanismo,
animales sin sangre, sin hembra, sin sudores.
Con un poco de fuego, como quién quema un árbol,
sobre los recios surcos, os quedareis inmóviles.
Y os cubrirá la tierra, la lluvia, las hormigas,
la alondra de los cielos, campesinas flores.
Y mientras vuestra herrumbre retorna a ser paisaje,
vuelve a llenar de Santos, Castilla, su horizonte.
Volver a Agustín de Foxá
Abrazo fraterno.
Rafael.-
"No levantar las hoces
ni prometer al cuerpo paraísos terrenales"
Me encanto esa parte
Mil felicidades, mucho exito.
Feliz Semana. ¡Cariños!
gracias
Saludos desde levante.
1 de febrero de 2011 a las 19:37
MUY HERMOSO POEMA, FELICITACIONES. La combinacion estròfica para este poema èpico se siente agradable a su lectura.
Abrazo fraterno.
Rafael.-
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