Y ahora, abundante de ensueños y de grises,
con esa eterna impotencia que no limpia el lenguaje,
el miedo que se hace palabra para no ser miedo,
todo lo que enciende luces y no se nombra por si muere,
el resquicio de libertad que terco asoma;
brazo roto, abril marchito, luna falsa,
también falso el dolor que se vuelve costumbre;
los labios en dudosas fuentes,
los ojos todavía sedientos de estrellas, calandrias, mitos
y otras delgadas inutilidades que los dioses derraman,
la sonrisa en ayuno para que no traicione
y una mentirosa amnesia de rechazos y deseos;
con ruiseñores y congojas,
o sea con nada, sólo con uno mismo dentro y fuera,
dispuesto a que cada cosa recupere su alcurnia,
su medida y su precio,
se emprende la huida adonde aún no ha llegado el futuro.
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saludos
Gracias por compartirlo.
Rafael.
Me recuerda la filosofía budista zen que promulga estar vacío para encontrarse a sí mismo.
También me recuerda un estribillo de la canción "inconsciente colectivo" de Charly García que dice:
"Ama la libertad, siempre la llevarás dentro del corazón. Te pueden corromper, te puedes olvidar, pero ella siempre está"
Gracias por compartirlo.
Rafael.
"...brazo roto, abril marchito, luna falsa/ también falso el dolor que se vuelve costumbre"...
Me gusto tu poema,
es actual y bello.
Vivimos un presente incierto,
lleno de mentiras, miserias,
inseguridades y mucho más.
Pero aquí estamos
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