Frutos redondos, dulces, doloridos,
caen al huerto que habitan las futuras palomas,
los enebros de mayo.
Frutos redondos que invitan al deleite.
Sal a cogerlos y bebe su lisura.
Reconoce el sabor que nos separa.
Volver a Ana María Rodríguez
esta bien chido el poema anuque las personas que lo escriben deben de tener vidas muy vacias
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