Las delicadas espaldas del sueño
remontan rojas el oceano,
nubes de densidad calurosa
al extemo del día abovedado,
el mar en esta brisa de verano.
La más difusa música, en el sueño,
la visión más intensa,
las olas prolongadas y el sol y los pinos
giran con esas olas y ese aire que él sueña.
Las nubes son su espalda.
Ni el sol ni la mañana serán ya que para él
un sol o una mañana o un azul ilusorios.
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