Tengo sueño de la cabeza a los pies,
un sueño abundante e intenso
para pensar que dormido
vago por el mundo
detrás de una quimera, descalzo,
a rostro descubierto.
Tengo de ti, de mí y de todos
algunas cuantas verdades ocultas
que no quiero penetrar;
pero sólo es apariencia
porque yazgo inquieto
bajo tantos velos de barbarie.
Acaso es el cansancio
de despertar cada mañana,
de abrir los ojos cada día.
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