[Emilio Adolfo Westphalen]
Anochece sobre la línea del tranvía.
Los avisos luminosos de Limatambo
son más lejanos aún que las estrellas.
No hay estrellas.
La fatiga es más larga que este día.
Antes de despedirnos
me invita a su casa.
Bebemos un vaso luminoso
como el último refugio en la tormenta.
No habla. Yo no nombro
tanta bondad, tanta sabiduría.
Y anochece.
Volver a Antonio Cisneros
Su cansancio descansa, la luz se perpetúa, la tormenta está afuera, cuando la 'bondad y sabiduría'como 'vaso luminoso' se comparte junto a alguien que admiramos. Con quien logramos alejarnos de la oscuridad. Así interpreto este poéma, sencillo y profundo. Me gustó mucho. Teresalba- ([email protected])
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