Viento furioso, mano quieta,
manantial de agua clara.
Duele aún la presencia tangible
del amigo muerto.
Es un temblor,
un desajuste.
Alivia la conciencia
saber que no existe
olvido.
Volver a Antonio Fernández Lera
Viento furioso, mano quieta,
manantial de agua clara.
Duele aún la presencia tangible
del amigo muerto.
Es un temblor,
un desajuste.
Alivia la conciencia
saber que no existe
olvido.