La vida según Adán

Bernardo Atxaga

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Enfermó Adán el primer invierno después de su salida del paraíso y asustado con los síntomas, la tos, la fiebre, el dolor de cabeza, se echó a llorar igual que años más tarde lo haría María Magdalena, y dirigiéndose a Eva, "no sé qué me ocurre" gritó, "tengo miedo" "amor mío, ven aquí, creo que ha llegado la hora de mi muerte".

Eva se sorprendió mucho al oír aquellas palabras, amor, miedo, muerte y le pareció que pertenecían a una lengua extraña, ajena al paradisiaqués, y anduvo con ellas en la boca, masticándolas como pepitas, como raíces, hasta que creyó, amor, miedo, muerte, comprender enteramente su sentido. Para entonces Adán ya se había repuesto, y volvía a sentirse feliz, o casi.

Fue sólo, aquel hecho extraparadisiaco, el primero de una larga serie, de modo que Adán y Eva siguieron, por así decir, recibiendo clases intensivas de la lengua que decía amor, miedo, muerte, aprendiendo palabras como cansancio, sudor, carcajada, carcaj, carcamal, canción, caricia o cárcel; a medida que crecía su vocabulario, las arrugas de su piel aumentaban.

La hora de la muerte, la verdadera, le llegó a Adán siendo ya muy viejo, y quiso entonces transmitir a Eva lo que había aprendido, su última verdad. "¿Sabes, Eva?", le dijo, "la pérdida del paraíso no fue en realidad una desgracia. A pesar de los trabajos, a pesar de lo del pobre Abel y todos los demás conflictos, hemos conocido lo único que, noblemente hablando, puede llamarse vida".

Sobre la tumba de Adán se derramaron lágrimas corrientes, de agua y sal, que cayeron a tierra y no criaron jacintos, ni rosas, ni flores de ninguna clase, y de todos ellos fue Caín el que, paradójicamente, con más desgarro lloró; Luego Eva recordó con cariño el susto de Adán cuando su primera gripe, y todos se calmaron, y se fueron, y tomaron algo, y comieron un bollo.

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Comentarios2
  •  
    felipe gonzalez mer Muerte y vida
    dos términos significativos,
    muerte, tristeza, dolor,
    alegría, esperanza y luz.
    uno inicio de camino,
    otro partida terrenal
    hacia lo desconocido,
    para los creyentes
    vida eterna...
  •  
    Rafael Merida Cruz-Lascano RAZONABLE. Aprendieron que es la calma, Comieron --en muchos países esa palabra esta escasa--
    se comieron un bollo.
    Bello poema, muy original, me gustó pero me embrollo.

    Rafael.-
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