Ya han pasado varias décadas desde el fallecimiento de Abraham Merritt, pero el nombre de este hombre que nació en Nueva Jersey el 20 de enero de 1884 todavía es recordado por numerosos intelectuales gracias a las narraciones fantásticas y los relatos de ciencia ficción con los que enriqueció a la literatura.
Según los datos que varios expertos recogieron para tratar de reconstruir cada etapa de la vida de este estadounidense, antes de ser una figura destacada del ámbito literario Abraham fue un joven que creció primero en New Jersey y, más tarde, en el sur de Filadelfia.
Su aspiración inicial fue formarse en Derecho, pero sus estudios en la Universidad de Pennsilvania se vieron interrumpidos por las graves dificultades económicas que atravesaba por ese entonces su familia.
En 1903, Merritt comienza a a trabajar como periodista en «The Philadelphia Inquirer», una labor que le permitió entrar en contacto con diversos investigadores y expertos en cuestiones científicas. A raíz de sus nuevos vínculos, su interés por las ciencias fue en aumento y lo llevó, por ejemplo, a consultar libros de ocultismo y a cultivar plantas relacionadas a la brujería.
Tiempo después, por verse involucrado en un confuso episodio con implicancias políticas, el autor es «invitado» a abandonar su país y, ante ello, decide viajar a México para llevar a cabo algunas exploraciones arqueológicas. En 1905, de todas formas, retoma sus actividades en «The Philadelphia Inquirer» y es ascendido a redactor jefe.
Con los años, su experiencia en el plano periodístico incluiría también una corresponsalía para el suplemento dominical del grupo Hearst y una colaboración para «American Weekly».
«Los habitantes del pozo», «A través del dragón de cristal», «Tres líneas de viejo francés», «El estanque de la Luna», «La mujer del bosque», «Las siete huellas de Satán» y «Los desafíos del más allá» son algunos de los relatos que, aún en la actualidad, permiten apreciar su talento narrativo.
Abraham Merritt, cuyo nombre fue incluido en el Salón de la Fama de la Ciencia Ficción y la Fantasía, falleció en Florida el 21 de agosto de 1943.
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