El desarrollo del romanticismo en Polonia tuvo como uno de sus responsables a Adam Bernard Mickiewicz, un escritor nacido el 24 de diciembre de 1798 en la ciudad de Navahrudak (hoy perteneciente a Bielorrusia).
Su padre, un abogado llamado Mikołaj Mickiewicz, era parte de la szlachta, tal como se conocía a la nobleza polaca. En cuanto a su madre, Barbara, fue quien le dio clases durante su niñez.
Mickiewicz estudió en la Universidad Imperial de Vilna y se convirtió en docente. Mientras trabajaba en un colegio de la localidad de Kaunas, presentó su primer poema, titulado “Ciudad de invierno”. La literatura y la docencia, de todos modos, no eran los únicos intereses de Mickiewicz, quien fue un activo luchador por la independencia de Polonia.
Esta militancia lo llevó al exilio y a vivir en diferentes países europeos. Mickiewicz pasó por Francia, Italia y Alemania: en esta última nación tuvo la posibilidad de entrar en contacto con Johann Wolfgang von Goethe.
Muchas obras literarias de Mickiewicz reflejan su proclama nacionalista y su concepción del heroísmo y de la libertad. “Pan Tadeusz”, “Los antepasados” y “Grażyna” están entre sus principales trabajos.
Mickiewicz también desarrolló parcialmente un libro de ciencia ficción (“Una historia del futuro”) que, si bien no llegó a completar, anticipaba creaciones similares a la televisión y la radio.
Cuando estalló la Guerra de Crimea, Mickiewicz se instaló en Constantinopla como enviado del gobierno francés. Después de un viaje a un campamento militar, el poeta enfermó y finalmente murió el 26 de noviembre de 1855 en el Imperio Otomano. Aunque nunca se supieron los motivos del deceso, se estima que podría haber sido envenenado por sus adversarios políticos.
Sus restos fueron enviados a Francia y reposaron un tiempo en Montmorency. Finalmente, el 4 de julio de 1861, el cuerpo de Adam Mickiewicz retornó a Polonia y desde entonces descansa en la Catedral de San Wenceslao.
Comentarios1
Julián Pérez Porto, gracias por tu Interesante biografía de Adam Mickiewicz que gracias a su recorrido por Europa, el conocer a personajes tan importantes como Goethe, lpudo llevar el anhelo de libertad y la exaltación del sentimiento propios de los románticos; saludos y un fuerte abrazo fraternal...
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