En todos los casos la llegada de la muerte es sinónimo de pena, desconsuelo y vacío, pero cuando se apaga la vida de alguien joven, la conmoción, la impotencia y las preguntas sin respuesta se conjugan con la tristeza. El fallecimiento del escritor español Adolfo Cueto, hecho que en su momento difundimos en Poemas del Alma y que fue lamentado en las redes sociales por autores como Fernando Valverde, Fernando Aramburu y Pilar Alcalá García, se enmarca en esta última circunstancia inexplicable.
Sobre su pérdida física no trascendieron detalles, aunque los medios de comunicación que el 4 de diciembre de 2016 confirmaron la triste noticia señalaron que su partida fue “inesperada” y que, tras el último adiós en el madrileño tanatorio de la M-30, sus restos iban a ser incinerados. Cueto, quien había nacido el 31 de enero de 1969 en Madrid, además de una producción literaria interesante que le permitirá seguir vigente más allá del tiempo y del espacio, dejó en este mundo a sus dos hijas y a su esposa sumidas en un profundo dolor.
A lo largo de su corta pero intensa vida, este autor se formó en Derecho y en Filología Hispánica. “Diario mundo” fue la propuesta que, en el año 2000, marcó su debut en el universo poético. Con el tiempo, renovaría el interés de críticos y lectores a través de propuestas como “Dragados y Construcciones”, “Diverso.es” y “Palabras subterráneas”. Sus textos incluidos en antologías y las traducciones que se han hecho de algunos materiales suyos le han permitido extender su popularidad más allá de las fronteras españolas.
Cabe destacar que, por su buen desempeño literario, Cueto acumuló distinciones como el Premio Emilio Alarcos de Poesía 2010 (por “Dragados y Construcciones”), el Premio Ciudad de Burgos de Poesía (en reconocimiento a “Diverso.es”) y el XXIV Premio de Poesía Manuel Alcántara que ganó con un poema titulado “Nuevos destinos paradisíacos”.
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