La vida del novelista israelí Aharón Appelfeld comenzó el 16 de febrero de 1932 en Zhadova, en cercanías de Czernowitz, una localidad que hoy pertenece a Ucrania. Allí estaba instalada su familia, un matrimonio de judíos de clase alta que hablaban alemán.
Por problemas en los cuales nada tienen que ver los niños pero, aún así, perjudican a los más pequeños, este autor pasó una infancia difícil y se vio obligado a enfrentar a corta edad experiencias traumáticas que dejan en la vida de todo ser humano huellas imposibles de borrar.
Según se cuenta, a comienzos de la década del «40 su pueblo fue invadido por los nazis. En ese marco, su madre fue asesinada y él, junto a su padre, fue deportado a un campo de concentración. Logró escapar, pero se mantuvo escondido durante varias temporadas.
Los años siguientes lo encontraron en el Ejército Rojo como cocinero. También permaneció un tiempo en un campo de refugiados italiano y, tras hallar el nombre de su progenitor en un listado de la Agencia Judía Para Israel, logró reunirse con su padre.
Ya en su juventud, Appelfeld aprendió hebreo (lengua que usó para desarrollar toda su producción literaria) y completó su formación académica en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Su talento para la escritura puede apreciarse en obras como «La novela de Israel», «Katerina», «Historia de una vida», «Todos los que he amado», «Flores de sombra» y «Badenheim 1939». Muchas de ellas se encuentran hoy en día traducidas a un gran número de idiomas y le han permitido a este hombre afincado en Mevaseret Zion que trabaja como profesor de Literatura en la Universidad Ben-Gurión del Néguev recibir estímulos como el Premio Bialik, el Premio Israel, el Premio Nacional Literario Judío y el Médicis, por citar algunos de los reconocimientos que ha recibido hasta el momento.
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