La vida del periodista, editor y escritor nicaragüense Alberto Ordóñez Argüello, quien supo integrar el Movimiento de Vanguardia surgido en su país en la segunda mitad de la década del ‘30, comenzó en la ciudad de Rivas el 16 de marzo de 1914.
Antes de cumplir su primera década de existencia, este autor que asistió al Colegio Salesiano ubicado en Granada y al La Salle situado en Managua, quedó huérfano de madre. Temporadas después, encontró en la escritura un modo de expresarse, pero también una vía para exhibir sus capacidades que lo sacó del anonimato y le permitió subsistir a nivel económico.
A Costa Rica marchó en 1942 en el marco de un exilio voluntario y, más tarde, se instaló en territorio guatemalteco. México fue su lugar de residencia en 1946, pero su travesía por el mundo no se detuvo allí: El Salvador y Honduras fueron los siguientes destinos de este hombre que, tras haberse convertido en padre en la República de El Salvador, celebró su boda con la profesora y pintora María Eugenia Chacón Jiménez, junto a la cual tuvo cuatro descendientes.
“Poemas para amar a América”, “Ébano”, “Amor en tierra y mar”, “Invocación a Centroamérica” y “Del azar y del presentimiento” son algunas de las obras que integran la producción literaria del también consultor y jefe de publicaciones de la Secretaría de Integración Centroamericana y editor de la revista cultural “La Estrella de Centroamérica”. Por su buen desempeño como escritor, Alberto acumuló a lo largo de su trayectoria un gran número de galardones, como el segundo Premio Centroamericano de Poesía que compartió con su colega Serafín Quiteño en reconocimiento a “Tórrido sueño”, el Premio del Concurso Literario Centroamericano y el Primer Premio Centroamericano de Poesía.
El 24 de agosto de 1991, Alberto Ordóñez Argüello, quien en más de una ocasión estuvo detenido por cuestiones políticas, encontró la muerte en San José de Costa Rica.
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