El 18 de enero de 1925 llegó al mundo en Buenos Aires un niño llamado Alberto Vanasco que, años más tarde, dejaría una huella imborrable en las letras de su país gracias a sus poesías, novelas y cuentos.
Durante su infancia, este argentino que antes de brillar como escritor trabajó en la Corporación de Transportes y se desempeñó como profesor, periodista y traductor vivió junto a su familia en varios lugares. Como consecuencia de los constantes traslados, Alberto inició sus estudios primarios en la provincia de San Juan y amplió sus conocimientos en el Colegio Nacional de Buenos Aires, institución en la cual tuvo oportunidad de conocer al poeta Mario Trejo.
En 1949, seis años después del lanzamiento de su novela «Justo en la cruz del camino», el autor contrajo matrimonio con la profesora de danza clásica Esther Azucena González. Tras la ruptura sentimental con ella, este novelista que durante algunos años se ganó la vida en Nueva York como empleado de la editorial Crown Publishers volvería a apostar al amor junto a la periodista Alicia Virginia Petti, con quien disfrutó en 1972 de un atractivo viaje por Europa.
«Sin embargo Juan vivía», «Para ellos la eternidad», «Los muchos que no viven», «Otros verán el mar», «Ella en general», «Canto rodado» y «Nuevas memorias del futuro» son títulos de su autoría que, hasta el día de hoy, permiten apreciar su sensibilidad y capacidad literaria.
Además de haber publicado varios libros y cultivado diversos géneros, este argentino cuya figura ha querido recordar en esta ocasión Poemas del Alma se destacó en su tiempo como colaborador de la revista «Zona», guionista televisivo y presidente de la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares (CONABIP).
El prolífico Alberto Vanasco encontró la muerte en la ciudad que lo vio nacer el 11 de mayo de 1993.
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