La literatura rusa moderna tiene como principal impulsor a un autor vinculado al movimiento romántico que, en libros y artículos, aparece nombrado de dos maneras: mientras unos lo presentan como Aleksandr Sergueyevich Pushkin, otros escriben Alexander Pushkin.
Se trata de un escritor que nació en Moscú el 26 de mayo de 1799 y desde temprana edad sintió a la lectura como un placer. La poesía popular y los cuentos de Rusia lo sedujeron por incentivo de su abuela materna, mientras que los ejemplares (mayormente editados en francés) que nutrían la biblioteca paterna lo motivaron a pasar más tiempo leyendo que dedicándose a la educación formal. Aún así, fue alumno del Liceo Imperial de Tsárskoye Seló entre 1811 y 1817.
En 1814, Pushkin logró que apareciera un texto suyo en las páginas de “Le Messager de l’Europe”, mientras que la extensa composición poética “Ruslán y Liudmila” salió a la luz en 1820, año en el cual consiguió empleo en el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Con el tiempo, amplió su producción con obras como “El prisionero del Cáucaso”, “Eugenio Oneguin”, “Borís Godunov” y “Los relatos de Belkin”. En el archivo de Poemas del Alma, además de referencias hacia su legado, hay publicaciones que dan cuenta de los honores y homenajes que este novelista, dramaturgo y poeta ha merecido a lo largo de la historia. Es interesante resaltar asimismo que parte de su trabajo artístico fue traducido a múltiples lenguas e inspiró adaptaciones cinematográficas.
En 1831, Aleksandr contrajo matrimonio con Natalia Goncharova e inició tareas en la Cancillería de Asuntos Exteriores. Dos temporadas más tarde, el también creador de “El zar Saltán y otros cuentos rusos”, “El habitante del otoño”, “La hija del capitán” y “El jinete de bronce” fue aceptado como integrante de la Academia Rusa.
El 27 de enero de 1837, Pushkin fue herido en las afueras de San Petersburgo durante un duelo que mantuvo con un militar francés. Dos días después, el escritor murió.
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