Louise Eugénie Alexandrine Marie David, más conocida por su seudónimo Alexandra David-Néel, fue una mujer que hizo múltiples méritos para que su figura fuera recordada aún después de cumplirse varias décadas de su fallecimiento.
Quienes hasta el momento de encontrar este artículo no conocían a esta dama deben saber que Alexandra, además de haberse desempeñado como escritora, sumó experiencia como cantante de ópera y periodista.
El nacimiento de esta anarquista franco-belga se produjo en Saint-Mandé el 24 de octubre de 1868, en el seno de una familia conformada por un profesor y militante republicano y una mujer católica que trató de inculcarle sus creencias religiosas.
Durante su infancia y adolescencia, Alexandra estuvo en contacto con Élisée Reclus, un anarquista que la animó a interesarse por los movimientos anarquistas y las ideas feministas.
Con los años, la intelectual se transformaría en colaboradora del periódico administrado por mujeres «La fronde» y participaría en encuentros de damas francesas e italianas pertenecientes a la clase alta.
El 4 de agosto de 1904, Alexandra contrajo matrimonio en Túnez con un ingeniero llamado Philippe Néel, de quien se separó en agosto de 1911 para viajar a India.
A medida que sus experiencias de vida se fueron multiplicando, surgió la idea de dar su testimonio a través de la literatura. Así fue entonces que, de a poco, desarrolló libros que la transformaron en una figura de renombre internacional.
Tal fue la trascendencia de esos materiales basados en filosofía, religiones orientales y viajes que no sólo se tradujeron a varios idiomas: también dejaron huellas e influyeron en escritores como Jack Kerouac y Allen Ginsberg.
Alexandra David-Néel, responsable de títulos como «Inmortalidad y reencarnación», «Magos y místicos del Tibet», «Elogio de la vida» y «Diario de viaje: cartas desde la India, China y Tibet», encontró la muerte en Digne-les-Bains el 8 de septiembre de 1969.
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