Alfred Bester

Reconocido como Gran Maestro por la Science Fiction Writers of America e integrante del Salón de la Fama de la Ciencia Ficción y la Fantasía, el estadounidense Alfred Bester es un emblema de la literatura de ciencia ficción. Hijo de la rusa Belle Silverman y del zapatero James J. Bester (descendiente de austríacos), su nacimiento se produjo el 18 de diciembre de 1913 en Nueva York, más precisamente en Manhattan.

Alfred BesterAlfred y su hermana mayor Rita fueron criados en un ambiente liberal, más allá del origen judío de la familia. Aunque estudió en la Universidad de Pensilvania y en la Escuela de Leyes de Columbia, no llegó a graduarse y comenzó a trabajar en el ámbito de las relaciones públicas en su juventud.

En 1936 contrajo matrimonio con Rolly Goulko, una actriz que luego se convertiría en ejecutiva de una agencia publicitaria. Tres años después, Bester publicó su primer cuento en la revista Thrilling Wonder Stories, que le permitió ganar un certamen literario y dar inicio a su carrera literaria.

Startling Stories y Astounding Science Fiction fueron otras de las revistas que publicaron relatos de Bester en sus primeros pasos como autor. Pese al éxito como cuentista, dos de sus editores que empezaron a trabajar para DC Comics le propusieron escribir guiones de historietas, y así Bester se dedicó a crear historias de Superman, Linterna Verde, El Fantasma (o El Hombre Enmascarado) y Mandrake el mago, entre otros personajes.

Luego de cuatro años escribiendo cómics, Bester se convirtió en guionista de radio y de televisión. Recién a comienzos de los años ’50, tras ocho años alejado de los cuentos, volvió a desarrollar relatos de ciencia ficción para diversas revistas.

En 1953, Bester desembarcó en el terreno de la novela con un libro que le permitió obtener la primera edición del Premio Hugo: “El hombre demolido”, en un principio publicado en tres partes en Galaxy. “Las estrellas, mi destino”, “Tigre, tigre”, “Los impostores”, “El lado oscuro de la Tierra”, “Carrera de ratas” y “La fantástica luz” son otras de sus obras con traducción al castellano.

Alfred Bester, quien también escribió textos de no ficción para Holiday (revista de la cual llegó a ser editor), falleció el 30 de septiembre de 1987 en Doylestown. Tenía 73 años.



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