Alfredo Gómez Morel

Hay escritores cuyas vidas parecen propias del terreno de la ficción. Ese es el caso del chileno Alfredo Gómez Morel, nacido en Santiago en 1917. Casi desde el mismo momento de su nacimiento, este autor comenzó a atravesar situaciones con características fuera de la común.

Alfredo Gómez MorelSu madre era prostituta: cuando Gómez Morel tenía apenas tres meses de vida, decidió abandonarlo en un conventillo ubicado en la ciudad de San Felipe. Una mujer llamada Catalina Oliva lo cuidó hasta que cumplió dos años, momento en el cual es enviado a un orfanato. Cinco años más tarde, se escapó de la institución y regresó con la señora que lo había cobijado. Sin embargo, luego volvió a buscarlo su madre biológica y lo llevó a la capital chilena.

La vida en familia, de todos modos, nunca fue posible para Gómez Morel. Después de ingresar al internado de la Gratitud Nacional, fue expulsado y el joven comenzó a frecuentar a los vagabundos y sin techo que vivían debajo de los puentes del río Mapocho, convirtiéndose en uno más de ellos. Por entonces también empezó a dedicarse a la delincuencia y a pasar diferentes periodos en cárceles y reformatorios.

Su “carrera delictiva” incluso lo llevó a otros países como traficante de drogas y de armas. Gómez Morel estuvo en Argentina, Cuba, Colombia, México, Perú y Venezuela, entre otros países, conociendo prisiones de todo tipo.

El talento literario de Gómez Morel, como no podía ser de otra manera dada su vida, afloró en la cárcel. En una prisión de Colombia escribió “Canto al café”, un poema que le valió una distinción del Ministerio de Justicia y que le permitió cursar estudios como becado en la Universidad Javeriana.

De regreso en Chile, volvió a ser encarcelado y, una vez más, fue premiado en un certamen literario para presos gracias a “Doce pesos de amor”, un cuento. Los psiquiatras de la prisión de Valparaíso le sugirieron que escriba la historia de su vida y así nació “El río”, una novela que llegó a ser traducida al francés y que tuvo un prólogo escrito por Pablo Neruda.

A partir de este éxito, sus trabajos literarios se hicieron más frecuentes, aunque Gómez Morel no consiguió editarlos con facilidad. Tras la aparición de “La ciudad”, el autor escribió “El regreso”, “Pobre Tomás”, “Yo me fugué del infierno verde” y “El mundo”, obras que en su mayoría permanecen inéditas y, en algunos casos, sin que existan registros de su existencia.

En 1971, la revista Paula publicó por entregas un texto titulado “¿Por qué me convertí en delincuente?”. En los años siguientes, Alfredo Gómez Morel trató de convertirse en colaborador de diferentes revistas y periódicos sin lograrlo. Su deceso se produjo el 15 de agosto de 1984: se dice que su cuerpo permaneció en la morgue varios días ya que nadie lo reclamaba.



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