La literatura de Venezuela, durante mucho tiempo, se nutrió con los aportes del traductor y escritor Alfredo Silva Estrada. Hace ya varios años que el autor partió de este mundo pero nunca es tarde para descubrir su legado y renovar el interés por su vida y obra: por esa razón, hoy repasaremos sus vivencias personales y logros profesionales.
Su nacimiento se produjo el 14 de mayo de 1933 en Caracas, donde en su juventud asistió a la Universidad Central de Venezuela para instruirse en Filosofía. Con su título universitario bajo el brazo, en 1957 partió rumbo a Francia a fin de realizar un posgrado en La Sorbona. Por ese entonces, Alfredo hizo sus primeras traducciones.
Entre 1965 y 1982, este hombre que en 1960 contrajo matrimonio con la bailarina Sonia Sanoja fue conductor en su país de un programa en Radio Nacional. Asimismo, se dedicó a la docencia dando clases en la entidad universitaria que lo tuvo como alumno.
Así como demostró sus dotes de ensayista en “La palabra transmutada”, Silva Estrada dio muestras de sensibilidad poética a partir de la década del ’50 mediante obras como “De la casa arraigada” y “Cercos”. Con el paso de los años surgieron propuestas como “Integraciones de la unidad en fuga”, “Acercamientos”, “Los moradores”, “Los quintetos del círculo”, “Contra el espacio hostil” y “Variaciones sobre reticularias” que ampliaron su producción y le permitieron sumar popularidad.
Por su buen desempeño en el ámbito de la escritura, este autor acumuló distinciones como el Premio Municipal de Poesía, el Premio Nacional de Literatura y el Gran Premio Internacional de Poesía concedido en la Bienal de Lieja.
El 15 de octubre de 2009, Alfredo Silva Estrada encontró la muerte como consecuencia de una “larga enfermedad”, tal como se informó en ese momento para aludir al cáncer que debilitó su salud en la última etapa de su vida.
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