El 1 de marzo de 2017 se apagó la vida de la afamada escritora chilena Alicia Morel, una mujer que partió de este mundo dejando una extensa e interesante producción literaria que permite valorar su labor más allá del tiempo y las fronteras.
En Poemas del Alma ya hemos brindado detalles sobre su fallecimiento y, de la mano de Tes Nehuén, repasamos su trayectoria. Ahora, es momento de recordar sus vivencias más trascendentes y sus logros profesionales.
Alicia Morel Chaigneau, quien desde temprana edad manifestó un gran interés por la lectura, nació el 26 de julio de 1921 en Santiago de Chile. “En el campo y la ciudad”, una obra que editó en 1938 con ayuda paterna, marcó el inicio de su actividad como escritora.
“Juanilla, Juanillo y la abuela”, “Como una raíz de agua”, “La Hormiguita Cantora y el Duende Melodía” y “El jardín de Dionisio” son parte de los títulos que incrementaron su popularidad con el paso del tiempo.
Esta mujer que formó una familia numerosa junto al político William Thayer, además de publicar libros, escribió textos para la revista “El Volantín” y fue una de las impulsoras en suelo chileno de International Board on Books for Young People, una organización que por varios años la tuvo como vicepresidenta.
“Perico trepa por Chile” (fruto de su trabajo junto a Marcela Paz), “La noche en la ventana”, “Polita va a la escuela”, “El viaje de los duendes al otro lado del mundo”, “El árbol de los cielos” y “El fabricante de risas” son otras obras que, desde hace décadas, le permiten a varias generaciones de lectores disfrutar del talento y la creatividad de Alicia Morel, una autora que, en 1989, fue distinguida por el Consejo Mundial de Educación con una Orden al Mérito y que, en 2010, fue merecedora de un homenaje organizado por el Congreso Hispanoamericano CILELJ en reconocimiento a su trayectoria.
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