El 12 de octubre de 1889, en la ciudad eslovena de Celje, se produjo el nacimiento de Alma Vilibalda Maximiliana Karlin (o Alma Maksimiljana Karlin). Celje, por entonces, era parte del Imperio Austro-Húngaro: el alemán, de este modo, fue la primera lengua de Karlin.
Aquejada por problemas de salud, en su niñez y adolescencia se refugió en el aprendizaje de idiomas. De este modo, tras completar la educación secundaria en Graz, Karlin se instaló en Londres donde se convirtió en políglota, aprendiendo inglés, francés, italiano, castellano, ruso, latín y otros idiomas. En el futuro también estudiaría chino, persa y japonés, asistiendo a diferentes cursos en la Sorbona de París.
Los viajes también fueron una constante en la vida de Karlin. Durante la Primera Guerra Mundial, cuando residía en Gran Bretaña, tuvo que emigrar ya que los ciudadanos del Imperio Austro-Húngaro eran perseguidos. Se instaló primero en Noruega y luego en Suecia: dicen sus biógrafos que, estando en Escandinavia, decidió dedicarse a las letras y a recorrer el mundo.
Tras la guerra regresó a Celje, ahora parte del Reino de Yugoslavia, y se preparó para un viaje de unos tres años de duración. Su recorrida global, finalmente, se extendió durante ocho años.
Italia, Perú, Panamá, Ecuador, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Indonesia e India son apenas algunos de los países que visitó. Karlin, a su vuelta, se dedicó a escribir libros y artículos periodísticos con sus historias de viaje. Su producción literaria incluye crónicas, cuentos, novelas y poemas.
“The death-thorn and other strange experiences in Peru and Panama” y “The odyssey of a lonely woman” son dos de sus obras que tuvieron traducción al inglés y a otras lenguas.
A mediados de la década de 1930, Karlin se alejó de la escritura y se centró en el ocultismo. Con la Segunda Guerra Mundial comenzó a ser perseguida por el nazismo, fue encarcelada y enviada a un campo de concentración, de donde logró escapar.
Alma Maximiliana Karlin finalmente falleció el 14 de enero de 1950, víctima de un cáncer.
Comentarios1
Que mujer tan tenaz e inteligente, digna de admiracion
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