El periodista, escritor, pintor y humorista francés Charles-Alphonse Allais nació en la localidad francesa de Honfleur el 20 de octubre de 1854.
Este integrante de una numerosa familia dedicada al ámbito farmacéutico se interesó en su adolescencia por las actividades científicas. Su padre lo envió a París para que allí pudiera especializarse en Farmacia y así seguir con el negocio familiar, pero la carrera no le interesó y Alphonse permaneció en Francia sin dedicarle tiempo al estudio. Decepcionado, su progenitor resuelve no darle más dinero.
Para sobrevivir, entonces, prueba suerte como fotógrafo pero la tarea no le rinde buenos frutos. El periodismo, en cambio, sí le atrae y le permite ir armando su propio camino: tras publicar crónicas en revistas de París, comienza a aportar textos humorísticos al periódico “Le Chat Noir”, medio que dirigirá en 1886. Con el tiempo trabajaría además para publicaciones como “Gil Blas” y “Le Journal”.
En 1895, época para la cual ya estaba consolidado como escritor gracias a libros como “Morir de risa” y “¡Viva la vida!”, Alphonse Allais contrajo matrimonio con Marguerite Marie Gouzée. Dos temporadas más tarde, el autor comienza a desempeñarse en “Le Sourire” como redactor en jefe.
“No nos aflijamos” y “El Capitán Capaz” son otros materiales que permiten apreciar, aún en la actualidad y en varios idiomas, las habilidades literarias de este hombre que también se destacó en el campo de la pintura (“Pizca de tomate al borde del mar Rojo por cardinales apopléticos” es uno de sus trabajos) y de la música (de su creación es “Marcha fúnebre compuesta para las exequias de un célebre hombre sordo”).
Su salud se deterioró a partir de una flebitis, cuadro que según el profesional que atendió al escritor requería un reposo extenso. Al no hacer caso a la recomendación médica y continuar con su rutina habitual, el panorama se complicó. Alphonse Allais falleció a raíz de una embolia pulmonar el 28 de octubre de 1905. Sus restos fueron llevados al cementerio de Saint-Ouen de París pero, durante la Segunda Guerra Mundial, su tumba fue destruida. De manera simbólica para rendir homenaje a su memoria, en 2005 sus cenizas fueron llevadas a la colina de Montmartre.
Comentarios1
Supero todos los fracasos y triunfo , que bueno
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