La ciudad de San Sebastián, en el País Vasco, fue el lugar de nacimiento de Álvaro Bermejo Marcos, un autor que llegó al mundo el 1 de agosto de 1959. Pese a que comenzó sus estudios superiores en la Universidad de Deusto de su localidad natal, se graduó en Historia Contemporánea y Antropología en otra institución: la Universidad Autónoma de Barcelona.
Ya en su juventud mostró interés por el arte y la literatura, fundando junto al escritor Fernando Aramburu una agrupación surrealista llamada Cloc. De manera simultánea, Bermejo comenzó a escribir sus primeros cuentos (como “El socialista”, que le permitió ganar el Premio Ciudad de San Sebastián en 1983) y a desarrollar su carrera periodística en diversos periódicos vascos.
Como ocurrió con numerosos intelectuales comprometidos con la realidad vasca, Bermejo sufrió presiones y amenazas por parte del terrorismo y de los movimientos independentistas más radicales, aunque nunca abandonó su casa en San Sebastián.
En lo referente a sus libros publicados, Bermejo empezó su trayectoria con novelas y libros de cuentos como “Las arenas y el templo”, “La torre de Casandra”, “El descenso de Orfeo” y “El juego de la mandrágora”. El reconocimiento a nivel nacional, sin embargo, le llegó en 1997 con la presentación de “El reino del año mil”.
Además de otras novelas (como “Contracorriente” o “El amante de Nefertiti”) y recopilaciones de relatos breves (“La soñadora”, “Doce relatos de fantasmas contados por ellos mismos”), Bermejo también presentó obras de teatro, relatos de viaje y un libro pedagógico.
El Premio Pío Baroja, el Premio Internacional de Cuentos Max Aub, el Premio Ciudad de Irún, el Premio Ateneo de Sevilla y el Premio Internacional de Novela Histórica Luis Berenguer son algunas de las distinciones que Álvaro Bermejo recibió en su prolífica carrera, que incluye decenas de libros publicados de manera tradicional (impresos) y también en formato electrónico.
Comentarios1
Excelente reseña: aunque Bermejo no se haya estrenado como poeta, en sus libros respira un raro lirismo. Sus personajes tienen mucho de Cavafi, una atmósfera que recuerda la Waste Land de Elliot y un sentido del ritmo narrativo que, en ocasiones, recuerda un poema en prosa. Añado a su biografía una obrita en dos tomos que me parece una delicia. se titula "El clan de Atapuerca", viene a llenar un hueco imperdonable en nuestra literatura -nadie hasta que él lo hizo había novelado nuestra mayor joya patrimonial- y aunque se presenta como literatura juvenil, confieso que aprendí un montón asomándome a sus páginas.
Saludos para todos.
Xuba.
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