La primera mujer que, según los registros, consiguió ver publicados sus textos poéticos en Panamá se llamó Amelia Denis de Icaza.
Esta generadora de poesía romántica, descendiente de una pareja conformada por una panameña y un francés, nació el 28 de noviembre de 1836 (aunque hay fuentes que sitúan su llegada al mundo en 1828).
Quien fuera alumna de la primera Escuela Elemental de Niñas ubicada en la localidad panameña de Santa Ana se interesó por la lectura a edad temprana y desde muy pequeña elaboró versos.
Algunas poesías de su autoría ganaron protagonismo en las páginas de “La Floresta Istmeña” y, años más tarde, textos suyos firmados con el seudónimo de Elena aparecieron en periódicos como “Bien Público” y “Trabajo”.
Tras permanecer cerca de veinte años en territorio guatemalteco, Amelia Denis de Icaza decidió afincarse en 1894 en la ciudad nicaragüense de León. En ese país, además de ampliar su producción literaria, mantuvo una bella amistad con su colega Rubén Darío.
Pese al paso del tiempo, su figura aún sigue generando interés y su legado, integrado por propuestas como “Amor de Madre” (una creación de 1879) y “Al Cerro Ancón” (un poema de 1906), busca no caer en el olvido para que los lectores más jóvenes tengan la posibilidad de saber quién fue y qué aportes culturales hizo esta autora.
Cabe destacar que esta panameña falleció el 16 de julio de 1911 en Managua. En su honor se erigió un monumento situado en la Ciudad de Panamá, mientras que en el distrito San Miguelito existe un corregimiento con su nombre. Asimismo, no se puede dejar de resaltar que con la identidad de esta destacada exponente del ámbito poético cuya esencia sigue viva en creaciones como “A la muerte de Victoriano Lorenzo”, “Hojas Secas” y “Patria” también se ha bautizado a un parque y a un centro de salud, por ejemplo.
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