La española Ana María Martínez Sagi hizo méritos para destacarse en varios ámbitos, pero en esta oportunidad vamos a hacer foco en su faceta literaria.
Esta mujer que nació el 16 de febrero de 1907 en Barcelona perteneció a una familia de buena posición social. Sus padres, Consol Sagi i Barba y Josep Martínez i Tatxé, quisieron que ella se formara académicamente tanto en francés como en castellano.
La teoría le proporcionó muchos saberes, pero fueron la práctica, su compromiso social y su espíritu curioso las bases de su bagaje cultural y sus motivaciones a la hora de asumir desafíos.
Desde muy joven, Ana María demostró aptitudes como periodista. Quien fuera colaboradora de periódicos como “Las Noticias” y “La Rambla”, según se advierte al repasar su trayectoria, supo entrevistar con maestría tanto a mujeres que ejercían la prostitución y a personas sin hogar como a políticos.
Sus habilidades poéticas, en tanto, quedaron plasmadas en publicaciones como “Inquietud”, “Laberinto de presencias” y “La voz sola”. A fin de rescatar del olvido su figura y hacer foco en su legado, el escritor Juan Manuel de Prada lanzó “Las esquinas del aire. En busca de Ana María Martínez Sagi”.
Es interesante recordar que esta española dejó huella en el plano deportivo no solamente por sobresalir en el lanzamiento de jabalina, esquiar y practicar tenis sino también por haberse convertido en la primera mujer que integró la comisión directiva del FC Barcelona. Tampoco se puede pasar por alto que, en su ciudad natal, fue la fundadora del primer club de trabajadoras, marco en el cual promovió la alfabetización de las asistentes.
Al concluir la Guerra Civil, quien fuera pareja de la escritora Elisabeth Mulder se instaló en suelo francés. En los años ’50, decidió afincarse en territorio estadounidense y ganarse la vida enseñando francés en un centro universitario.
A su país retornó en 1975, encontrando la muerte en la localidad de Sampedor el 2 de enero de 2000.
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