La vida del crítico de arte, traductor y escritor español Ángel Crespo comenzó el 18 de julio de 1926 en Ciudad Real, municipio donde en tiempos de Guerra Civil permaneció junto a sus padres, Ángel Crespo Crespo y María de los Ángeles Pérez de Madrid y Céspedes, recibiendo lecciones académicas en su hogar. En esa época en la cual no asistió a la escuela, el joven autor aprendió francés y se dedicó a la lectura.
Como le apasionaba la naturaleza, disfrutó obras de Jean Henri Fabre, Emilio Salgari y Julio Verne, más allá de haberse deleitado con clásicos latinos y castellanos.
Cuando empezó a dar sus propios pasos como exponente del universo literario, Ángel eligió mostrar sus habilidades poéticas. Después se animó a probar suerte en el campo de la traducción.
La carrera de Filosofía y Letras lo sedujo desde siempre, pero para no decepcionar a su padre, tras completar en 1943 el bachillerato se instaló en territorio madrileño para formarse en Derecho, estudios que completa en 1949, meses después de haber organizado junto a Carlos Edmundo de Ory una exposición bautizada como “16 Artistas de Hoy” que se exhibió en una galería de Madrid.
Para cumplir con el servicio militar, el autor permaneció medio año en la ciudad de Tetuán y, hacia 1950, lanzó “Una lengua emerge”.
Fundar y co-dirigir la revista poética “El pájaro de paja”, crear en 1951 una publicación denominada “Deucalión” e impulsar el desarrollo de “Revista de Cultura Brasileña” fueron otros de sus desafíos vinculados a las letras.
En relación a sus cuestiones sentimentales, es interesante señalar que, en 1956, Crespo celebró su boda con María Luisa Madrilley, pero el vínculo no prosperaría y temporadas después llegaría la separación. En 1957, se convirtió en padre de un niño al cual llamó igual que él y, en 1961, el destino le permitió conocer a Pilar Gómez Bedate, su segunda esposa.
“Meseta”, “Todo está vivo”, “La cesta y el río”, “Con el tiempo, contra el tiempo”, “La invisible luz” y “El aire de los dioses” son parte de los numerosos títulos que le posibilitaron a Ángel Crespo, cuya muerte se produjo el 12 de diciembre de 1995 en Barcelona, darse a conocer como escritor a escala internacional y ganar múltiples reconocimientos por esta tarea creativa.
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