Al hacer foco en las vivencias de Ángeles López de Ayala y Molero uno no solamente recuerda el legado artístico de esta periodista, dramaturga, activista política y escritora española sino que también tiene la posibilidad de conocer otras actividades y facetas suyas para renovar el interés por su figura.
Esta mujer que nació el 21 de septiembre de 1858 en Sevilla fruto del amor entre Asunción Molero y Valdivia y Gonzalo López de Ayala, según se cuenta, era feminista y tenía ideología republicana. Además de haber impulsado el desarrollo de la Sociedad Autónoma de Mujeres de Barcelona, esta autora que se identificaba con los principios de la francmasonería y llegó a ser secretaria de la Logia Constancia desarrolló acciones políticas que la llevaron a permanecer mucho tiempo encarcelada.
Tras quedar huérfana de madre en 1866, por decisión paterna Ángeles vivió en Morón de la Frontera junto a un grupo de familiares y, más tarde, se instaló en la localidad de Zahara de la Sierra.
En Osuna asistió al Convento de Santa Catalina y, tiempo después, ingresó al Convento de Santa María ubicado en Marchena como novicia. A dos años de esa experiencia, abandonó el monasterio e inició un camino vinculado a las letras.
Durante su adolescencia, López de Ayala elaboró una novela segmentada en cuatro tomos que tituló como “El triunfo de la virtud” y comenzó a desempeñarse como colaboradora de múltiples publicaciones.
Ya casada, se afincó en suelo madrileño y lanzó una obra denominada “Los terremotos de Andalucía o Justicia de Dios”. Santander y Barcelona serían sus siguientes lugares de residencia.
Quien fuera fundadora de medios como “El Progreso”, “El Gladiador” y “El Libertador” amplió su producción artística con propuestas como “Cuentos y cantares para los niños”, “De tal siembra tal cosecha” y “Absurdos sociales”.
El 29 de enero de 1926, Ángeles López de Ayala falleció en Barcelona.
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