Antonia Palacios

La venezolana Antonia Palacios, quien enriqueció con sus textos a los géneros del ensayo, la novela y la poesía, nació el 13 de mayo de 1904 en Caracas, fruto del amor entre Isabel Caspers y un ingeniero llamado Andrés Palacios.

A raíz del incentivo de su madre, desde muy joven sintió interés por el mundo del arte y una fuerte atracción por los libros. En 1929, su hogar fue testigo del surgimiento del Grupo Cero de Teoréticos, una agrupación literaria que desarrollaba encuentros culturales y tertulias pero que terminó desapareciendo por presiones políticas.

Ya casada con Carlos Eduardo Frías, la autora publicó en 1934 su primera obra en la revista “Élite”, cuya dirección estaba a cargo de su marido y, meses más tarde, descubrió la maternidad gracias a Fernán, su primogénito.

Por obligaciones laborales de su esposo, la autora vivió un tiempo junto a su familia en Francia y Suiza, aprovechando esa experiencia para ampliar sus conocimientos en la Sorbona y el Colegio de Francia.

Quien fuera asimismo en su tierra natal colaboradora del diario “Ahora” llegó a presidir el Primer Congreso Venezolano de Mujeres y a ser parte de la secretaría de la Agrupación Cultural Femenina.

Su vida cambió significativamente en 1941 con el nacimiento de María Antonia, hija a la que acompañó en Nueva York, Caracas, Roma y Viena para que sumara experiencia y demostrara sus habilidades extraordinarias como pianista. Afectada por la Diabetes Mellitus tipo 1, la artista musical terminó falleciendo muy joven.

Cuando se sobrepuso a semejante pérdida, Antonia retomó su producción literaria – que hasta entonces incluía propuestas como “París y tres recuerdos”, “Ana Isabel, una niña decente” y “Viaje al frailejón” – con “Los insulares” y “Textos del desalojo”.

Por su buen desempeño como escritora, la también responsable de “El largo día ya seguro” y “Los pasos de la lluvia” fue merecedora de distinciones como el Premio Nacional de Literatura y el Segundo Premio del Concurso de Cuentos organizado en 1975 por el diario “El Nacional”.

El 13 de marzo de 2001, la vida de Antonia Palacios, quien ofreció un taller bautizado como Calicanto y publicó en la década del ’80 trabajos como “Ficciones y Aflicciones” y “Largo viento de memorias”, llegó a su fin en Caracas.



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