En 1963, el Premio Goncourt quedó en poder de un autor francés que logró cautivar al jurado con una propuesta titulada “Cuando el mar se retira”. Ese ganador, que ya tenía en su haber el Premio Interallié y el Guillaume-Apollinaire, fue Armand Lanoux, un destacado exponente del mundo de las letras que en esta oportunidad recordamos para que los más grandes renueven el interés por su legado y las nuevas generaciones de lectores sepan quién fue y qué aportes culturales hizo este escritor.
Según se advierte al reconstruir su historia, su nacimiento se produjo el 24 de octubre de 1913 en la capital de Francia. Durante su adolescencia, tras haber interrumpido su formación académica a raíz del fallecimiento de su padre (una pérdida que lo impulsó a buscar empleo a edad temprana para mantener a su abuela y a su madre), se instruyó de modo autodidacta y se ganó la vida diseñando cajas de golosinas, siendo empleado, dando cuenta de sus habilidades como pintor, trabajando en el rubro periodístico y probando suerte como representante de ediciones literarias de lujo.
En tiempos de la Segunda Guerra Mundial, Lanoux fue oficial. En 1940 fue tomado prisionero y recién dos temporadas más tarde pudo recuperar su libertad. Por ese entonces celebró su boda con Pierrette Dubois, junto a quien tuvo dos descendientes.
Quien integrara a partir de 1950 el comité literario de Arthème Fayard y presidiera a fines de esa década el comité de la televisión gala, además de publicar contenidos poéticos, novelas, biografías, ensayos y crónicas aceptó dirigir una revista y, en 1969, se sumó a la Academia Goncourt.
“La ‘canadiense’ asesinada” y “Buenos días, señor Zola” son otras opciones de lectura que permiten apreciar en español las habilidades para la escritura de Armand Lanoux, cuya muerte tuvo lugar el 23 de marzo de 1983 en la comuna francesa de Champs-sur-Marne.
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