Vivió apenas 25 años pero le alcanzaron para quedar en la historia grande de la literatura chilena. Armando Rubio Huidobro, nacido en 1955 en Santiago, logró destacarse gracias a sus obras y a su compromiso con la cultura de su país.
Criado en el seno de una familia de buena posición económica, posiblemente haya heredado el amor por la literatura de su padre, Alberto Rubio, quien también se dedicó a la poesía además de desempeñarse como juez y abogado.
Rubio Huidobro empezó a escribir en la Isla de Pascua, donde residió un tiempo debido a que su progenitor había sido destinado allí. Luego de formarse en el Liceo José Victorino Lastarria, continuó su educación académica en la Universidad de Chile, estudiando Ciencias Sociales y Periodismo.
A los 19 años, fue uno de los impulsores de la Unión de Escritores Jóvenes. Por entonces ya solía publicar sus versos y sus cuentos en revistas como Atenea, Bicicleta y Andrés Bello. Además había participado de varias antologías. Cuando tenía 20, nació Rafael Rubio Barrientos, su hijo y futuro escritor.
Integrante del taller literario Altazor que dictaba Miguel Arteche, Rubio Huidobro fue premiado por la Secretaría de Relaciones Culturales del gobierno chileno y por la Agrupación Cultural Universitaria. Todo indicaba que lograría forjar una importante carrera, pero el 7 de diciembre de 1980 la muerte se hizo presente cuando el escritor cayó al vacío desde un sexto piso.
Las circunstancias de su fallecimiento nunca fueron aclaradas. Algunas versiones indican que Rubio Huidobro se habría suicidado e incluso se habló de un posible asesinato, mientras que su familia avaló la hipótesis de un accidente.
En 1983, su padre reunió y escribió el prólogo del único libro que lleva la firma de Armando Rubio Huidobro: “Ciudadano”. Esta obra de edición póstuma le permitió obtener el Premio Municipal de Santiago en la modalidad de Poesía en 1984.
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