El artista italiano Arrigo Boito, quien enriqueció a la cultura de su país con aportes musicales y literarios, llegó a este mundo el 24 de febrero de 1842 en la ciudad de Padua.
Concluido su paso por el Conservatorio de Milán donde a partir de 1854 se instruyó como compositor y se especializó en piano y violín, Boito viajó a Francia junto a su amigo, colega y director de orquesta Franco Faccio. En la capital francesa, el autor entró en contacto con Gioacchino Rossini.
De regreso en Italia tras un viaje que incluyó también visitas a Alemania, Inglaterra, Bélgica y Polonia, Arrigo elabora en 1862 la letra del Himno de la Nación. Años más tarde estrena su ópera “Mefistofele” en el teatro de La Scala, obra que tendría una nueva versión en 1876 y se daría a conocer en el Teatro Comunal ubicado en Bolonia. “Ero e Leandro” y “Nerone” (esta última quedó incompleta y fue concluida tras su fallecimiento por Vincenzo Tommasini y Arturo Toscanini) son otras de las óperas que ideó.
“Rey oso”, “El libro de los versos” y “El alfil negro”, asimismo, son parte de las propuestas que permiten apreciar su talento como poeta y novelista. Otros textos de su autoría aparecieron en las páginas de “Gaceta Musical” y “Figaro”, entre otras publicaciones.
Cabe resaltar que Arrigo Boito fue uno de los representantes del movimiento scapigliato, corriente caracterizada por acciones rebeldes frente al buen sentido burgués y la cultura tradicional, para luchar por ejemplo contra la esencia superficial y moderada de la cultura italiana, a la cual buscaron rejuvenecer y ampliar con referencias de escritores extranjeros.
Arrigo Boito, quien fuera promotor de la fundación de la Sociedad del Cuarteto de Milán y director del Conservatorio de Parma entre los años 1889 y 1897, falleció el 10 de junio de 1918. Sus restos fueron sepultados en el Cementerio Monumental localizado en Milán.
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