El periodista y escritor salvadoreño Arturo Ambrogi, a quien se considera pionero del Modernismo en Latinoamérica, nació el 19 de octubre de 1875.
Este descendiente de la pareja conformada por Lucrecia Acosta (tía del político, profesor y autor Vicente Acosta) y el general italiano Constantino Ambrogi cursó sus estudios en el Liceo Salvadoreño.
La escritura lo sedujo desde temprana edad y, a partir de 1890, sus obras comenzaron a aparecer en diversos medios. Colaboró en el semanario cubano “La Habana elegante”, en “La ley” de Chile y en “La Revista Ilustrada” editada en Nueva York, así como también en “La Pluma”, “El fígaro”, “La semana literaria”, “El amigo del pueblo” y “Diario del Salvador”, todas publicaciones de su tierra natal.
A lo largo de su trayectoria, este hombre que tuvo oportunidad de entrar en contacto con figuras como José Ingenieros, Paul Groussac y Leopoldo Lugones dirigió la Biblioteca Nacional de El Salvador, trabajó en el Ministerio de Relaciones Exteriores y, durante un tiempo, se desempeñó como censor de prensa. Gracias a sus labores como diplomático, Ambrogi tuvo oportunidad de conocer Europa, Asia y Estados Unidos. Inspirado en sus vivencias como viajero creó, por ejemplo, “Sensaciones del Japón y de la China”.
“Cuentos y fantasías”, “Manchas, máscaras y sensaciones”, “Al agua fuerte”, “Marginales de la vida”, “El tiempo que pasa”, “El libro del trópico” y “El jetón” son otros de los títulos que forman parte de la producción literaria de este escritor que llegó a integrar la Academia Salvadoreña de la Lengua. Muchas de estas obras le permitieron ganar relevancia a escala internacional y quedar en la historia de su país como un gran creador de relatos de perfil costumbrista.
La vida de Arturo Ambrogi llegó a su fin el 8 de noviembre de 1936 en San Salvador, la misma ciudad que lo vio nacer.
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