Byron fue el seudónimo que utilizó Arturo Bautista Pellerano Castro para firmar obras de su autoría que, en un primer momento, identificaba con el alias de Publio el Bautista. A continuación, repasando sus vivencias personales y profesionales, aportaremos más datos interesantes en relación a este exponente del mundo de las letras que nació el 13 de marzo de 1865 en la ciudad de Willemstad, un territorio perteneciente a Curazao.
Teresa de Castro y Manuel María Pellerano Bonetti fueron los padres del creador de libros como “Criollas. De casa” y “En el cementerio”, por citar dos de sus publicaciones a modo de referencia.
En su infancia y juventud, instalado con su familia en Santo Domingo, asistió al Colegio San Luis Gonzaga y trabó amistad con dominicanos que, al igual que él, alcanzarían notoriedad por sus habilidades para la escritura.
Tuvo actividades laborales ajenas al ámbito intelectual (de acuerdo a los registros sumó experiencia como funcionario público y desarrolló tareas contables), pero fueron sus aportes al género poético su pasaporte a la inmortalidad y a la posibilidad de ganarse un merecido espacio en la historia literaria de la patria que lo vio iniciarse y consolidarse como escritor. Se cuenta, además, que frecuentó tertulias y adoptó un estilo de vida bohemio.
Asimismo, elaboró textos en prosa, notas de humor y algunos versos para medios como “La Cuna de América”, “Letras y Ciencias”, “Revista Ilustrada” y “El Listín Diario”. A la hora de desarrollar composiciones poéticas, cultivando el estilo del criollismo, halló inspiración en el entorno rural, las riquezas naturales y los entornos populares, por ejemplo.
Pellerano Castro estuvo casado con Isabel Amechazurra Machín y llegó a tener varios descendientes. Su deceso se produjo el 5 de mayo de 1916 en la capital de República Dominicana. En reconocimiento a sus valiosas contribuciones culturales se le puso su apellido a una plaza de Santo Domingo y se erigió un monumento en su honor.
Comentarios1
Arturo Pellerano Castro: No conozco su poesía directamente pero, con esta referencia, me apetece conocerla. Un saludo, con mi gratitud: Martha Lucía González Uribe.
Hola Martha, muchas gracias por leer la nota y comentarla. Siempre es bueno descubrir nuevos autores. ¡Saludos!
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