La vida de Bernard-Marie Koltès, un francés que además de dedicarse a la creación literaria sumó experiencia como director de teatro y dramaturgo, comenzó el 9 de abril de 1948 en el seno de un clan burgués afincado en la ciudad de Metz.
Según se advierte al reconstruir sus vivencias, su infancia y juventud transcurrieron con poco contacto familiar ya que él fue pupilo y su progenitor concentraba su atención en sus obligaciones como militar. Tras completar el bachillerato en la institución jesuita de Saint-Clément, viajó a territorio canadiense.
Interesado en el ámbito artístico, Bernard empezó a asistir a las clases de Louis Thiry para instruirse en órgano y piano, así como también se inscribió en la Escuela de Periodismo ubicada en Estrasburgo.
Una obra teatral protagonizada por la francesa de origen español María Casares, con quien Koltès intercambió correspondencia, lo motivó a querer ser actor y a enriquecer al teatro desde múltiples lugares que fue explorando con el transcurso del tiempo. Llegó a superar la prueba para integrar el elenco del Teatro Nacional, pero finalmente no fue admitido.
“El Teatro del Muelle” fue la compañía teatral que creó en el Centro Dramático del Este situado en la capital del departamento del Bajo Rin. En ese marco, originó y dirigió propuestas como “El juicio ebrio”, “La marcha” y “Narraciones muertas”.
En 1973, al retornar de una travesía por la Unión Soviética, se adhirió al Partido Comunista Francés, del cual se alejó seis años más tarde.
“De noche justo antes de los bosques”, “Combate de negro y de perros”, “En la soledad de los campos de algodón” y “La huida a caballo hacia lo profundo de la ciudad” son otras obras que enriquecen el legado de este autor que encontró la muerte en París el 15 de abril de 1989, a poco de haber disfrutado un tour por Guatemala, México y Portugal.
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