Una de las exponentes de las letras españolas más destacadas de las últimas décadas es Adelaida García Morales, una prolífica autora que, aunque nació en Badajoz en 1945, fue criada por sus padres en Sevilla, la ciudad de la cual eran oriundos.
Años antes de triunfar en el ámbito literario, la también actriz y traductora cursó Filosofía y Letras en Madrid, metrópoli donde además asistió a la Escuela Oficial de Cinematografía para especializarse en Escritura de Guiones.
A lo largo de su existencia, la creadora de propuestas como «El silencio de las sirenas», «La lógica del vampiro», «El secreto de Elisa», «Una historia perversa» y «El testamento de Regina» supo ganarse la vida como profesora de Lengua Española y Filosofía en escuelas secundarias, probó suerte como modelo, trabajó como intérprete en Argelia e integró el grupo teatral «Esperpento».
Para su satisfacción, cuando se animó a dar a conocer su faceta de escritora la suerte estuvo de su lado porque no necesitó demasiados esfuerzos para cautivar al público y a la crítica. Desde entonces, sus textos son apreciados en distintos idiomas y ya le han permitido, además de consagrarse como novelista a escala internacional, gozar privilegios tales como la obtención de premios y la de vincularse al séptimo arte. Prueba de ello son, por ejemplo, el Premio Herralde y el Premio Ícaro que recibió en reconocimiento a su labor y la película que desarrolló Víctor Erice en base a «El Sur», uno de los tantos relatos de su autoría.
Basta con examinar su pasado y repasar el legado desarrollado hasta el momento para sospechar que Adelaida García Morales aún tiene mucho camino por recorrer y valiosos aportes por ofrecer en el campo de la literatura.
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