Además de destacarse en el ámbito literario, el mexicano Alfonso Reyes Ochoa también desempeñó a lo largo de su vida tareas diplomáticas. Durante su etapa estudiantil, este joven nacido el 17 de mayo de 1889 en Monterrey asistió a diversas instituciones, tales como el Liceo Francés de México, el Colegio Civil de Monterrey, la Escuela Nacional Preparatoria y la Facultad de Derecho de la Ciudad de México, donde, el 16 de julio de 1913, obtuvo su título de abogado.
Sin embargo, años antes de graduarse, este mexicano que participó en la fundación del grupo cultural Ateneo de la Juventud, comenzó a desarrollar su talento como escritor a través de «Cuestiones Estéticas», un libro que publicó en 1910.
Tiempo después, se desempeñó como secretario de la Escuela Nacional de Altos Estudios, viajó a Cuba, se exilió en España tras el golpe de estado contra el entonces presidente Francisco I. Madero y sumó una gran cantidad de títulos a su flamante obra literaria. Además, se dedicó a escribir para la «Revista de Filología española», la «Revista de Occidente» y la «Revue Hispanique». Por otra parte, durante su estadía en territorio español, Reyes trabajó en el Centro de Estudios Históricos de Madrid.
Más allá del éxito conseguido en el ámbito literario, hay que decir que el destino le tenía preparada una sorpresa al escritor vinculada a los servicios diplomáticos de su país natal. En este contexto, pues, se desempeñó a partir de 1920 como segundo secretario de la Legación de México en España, encargado de negocios en España, ministro en Francia y embajador en Argentina. Ya a mediados de la década del «30, fue designado titular de la embajada en Brasil.
Como resulta evidente, los logros obtenidos en materia diplomática fueron importantes, pero Reyes regresaría tiempo después a vincularse con el mundo de las letras. Así fue como presidió la Casa de España en México, ingresó como miembro de número a la Academia Mexicana de la Lengua y participó en la fundación del Colegio Nacional.
«Huellas», «Simpatías y diferencias», «La X en la frente», «Los tres tesoros», «Árbol de pólvora», «Cartones de Madrid» y «Quince presencias» son algunas de las obras creadas por este mexicano que falleció en la Ciudad de México en 1959. Entre los reconocimientos obtenidos por el escritor a lo largo de su trayectoria pueden destacarse el Premio Nacional de Literatura de México y el título de Doctor Honoris Causa concedido por la Universidad de La Sorbona.
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.