Entre fines del siglo XIX y mediados del siglo XX, existió en Inglaterra un hombre llamado Algernon Henry Blackwood, quien quedó en la historia de su país como un destacado autor especializado en asombrosos relatos fantásticos cuya popularidad se acentuó tras la aparición de John Silence, su personaje más reconocido.
Su vida comenzó el 14 de marzo de 1869 en una localidad inglesa que, en la actualidad, pertenece a Londres. Con los años, su lugar de residencia cambiaría tanto como las actividades que supo desarrollar en el ámbito laboral. En ese contexto, puede decirse que, en Canadá, este novelista fue granjero y, en Estados Unidos, buscador de oro en Alaska, gerente de un hotel y periodista del «New York Times».
Su faceta de escritor quedó al descubierto en Inglaterra, país al que Blackwood regresó en 1899 sin sospechar que, poco tiempo después, ganaría fama y reconocimiento por sus relatos enmarcados en el género del terror. A partir de entonces, este inglés que amaba la naturaleza y los viajes dedicaría su vida a ampliar su producción literaria, la cual llegó a incluir cerca de veinticinco títulos, muchos de los cuales quedaron inéditos.
«La casa vacía y otras historias de fantasmas», «Episodios antes de los treinta», «El campamento del perro», «El hombre al que amaban los árboles», «El ocupante de la habitación», «Complicidad previa al hecho» y «Descenso a Egipto» son sólo algunas de las obras creadas por este autor que, en plena Guerra Civil, se animó a recorrer toda la costa mediterránea española.
Durante los últimos años de su vida, Algernon Blackwood, quien falleció el 10 de diciembre de 1951, no se dedicó a publicar libros, sino que prefirió formar parte de diversos programas televisivos de perfil esotérico.
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