El nacimiento del escritor cubano-sueco Antonio Álvarez Gil se produjo el 12 de febrero de 1947 en Melena del Sur, un municipio ubicado al sur de la Provincia de La Habana.
Durante su juventud, el creador de obras como «Una muchacha en el andén», «Del tiempo y las cosas», «Fin del capítulo ruso» y «Las largas horas de la noche» marchó hacia territorio ruso y, en una universidad de Moscú, se graduó en Ingeniería Química. Sin embargo, su profundo interés por la traducción, el séptimo arte, el periodismo y la literatura lo llevó a abandonar la carrera elegida en primer lugar.
Años después, ya convertido en escritor y con un Premio David de Cuento otorgado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en su haber, Álvarez Gil se ganaría la vida en una organización internacional con sede en la capital rusa. Si bien con el tiempo regresaría a su tierra natal, en 1994 este integrante de la Asociación de Escritores de Suecia resolvería, una vez más, abandonar su país para instalarse en Estocolmo, ciudad donde reside y trabaja desde entonces.
A lo largo de su trayectoria, este autor especializado en la elaboración de artículos periodísticos, cuentos y novelas ha logrado ganar fama a nivel internacional y obtener numerosos reconocimientos.
Hasta el día de la fecha, además de los títulos mencionados párrafos arriba, la producción literaria de Antonio Álvarez Gil también se compone de propuestas como «Naufragios», «Delirio nórdico», «Nunca es tarde», «La otra Cuba», «Concierto para una violinista muerta», «Retorno a Bayanabo» y «Perdido en Buenos Aires», entre otras. Asimismo, el Premio Ciudad de Badajoz, el Premio de Novela del Ateneo Ciudad de Valladolid y el XIV Premio Vargas Llosa de Novela son algunos de los galardones que enaltecen la labor de este talentoso exponente del mundo de las letras.
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