Biografía de Arthur C. Clarke

La imaginación es una característica distintiva de casi todos los escritores. En este caso, además, representa la posibilidad de ejercer otro oficio. Arthur Charles Clarke no sólo dedica su vida al mundo de las letras, sino que también es inventor. Nacido el 16 de diciembre de 1917 en Somerset, este británico ha escrito numerosas obras de divulgación científica y de ciencia ficción, como la popular “2001: Odisea del espacio”.

Arthur C. ClarkeYa desde muy pequeño Clarke mostró su fascinación por la astronomía, afición que lo llevó a dibujar un mapa de la Luna con un telescopio casero. Al terminar sus estudios secundarios se trasladó a Londres y, durante la Segunda Guerra Mundial, se desempeñó como especialista en radares para la Fuerza Aérea Real. Al finalizar el enfrentamiento armado, el escritor publica el artículo técnico “Extra-terrestrial Relays”, donde sienta las bases de los satélites artificiales en órbita geoestacionaria. Ésa fue una de sus grandes contribuciones científicas del siglo XX, aporte que le hizo ganar una gran cantidad de premios, becas y reconocimientos. Por ese entonces, estudió matemática y física en el King’s College de Londres.

La década del ’60 fue clave en la carrera de Clarke. Durante esos años fue comentarista de la “CBS” para las misiones Apolo y, más tarde, ya por los años ’80, realizó algunas series de televisión. Por otra parte, el escritor también ha logrado difundir, a través de su libro de divulgación científica titulado “Perfiles del futuro”, las denominadas Leyes de Clarke.

Su primer cuento publicado fue “Partida de rescate”, que apareció en la edición de mayo de 1946 de Astouding. “El fin de la infancia”, “La ciudad y las estrellas”, “Cita con Rama”, “Fuentes del paraíso”, “Cánticos de la lejana tierra”, “El martillo de Dios” y “El Centinela” son otros de los títulos pertenecientes a la obra de este británico que ha sido reconocido en 1973 con el Premio Nebula y, en 1980, con el Premio Hugo.

Días pasados, Sir Arthur C. Clarke festejó sus 90 años y, aprovechando la ocasión, el escritor hizo públicos sus tres deseos: que los hombres dejen de lado su interés desmedido por el petróleo, que Sri Lanka (su tierra adoptiva) se convierta en un sitio pacífico… y que E.T. se comunique con él por teléfono. En caso de que este último deseo se le cumpla, sin duda que Clarke tendrá material para generar nuevas obras.



Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.