La literatura australiana tuvo entre sus representantes más destacadas a Christina Stead, una novelista y cuentista que nació en Sídney el 17 de julio de 1902.
Esta mujer, hija del biólogo marino David George Stead, abandonó su país en 1928 y, a partir de entonces, recorrió diversos rincones del mundo. Entre 1930 y 1935, por ejemplo, se ganó la vida como empleada de una entidad bancaria situada en París, mientras que los años siguientes la encontraron en España junto a su colega de pensamiento marxista William J. Blake, con quien también vivió en Estados Unidos y contrajo matrimonio en 1952, dieciseis años antes de que él falleciera como consecuencia de un cáncer de estómago.
Según se desprende de algunos datos vinculados a su vida y obra, la primera novela de Christina Stead apareció en 1934 y se tituló «Siete mendigos de Sydney». Después llegarían «Bellezas y furias», «La casa de todas las naciones», «Sólo por amor» y «Un poco de té, un poco de charla», entre otras.
Asimismo, el análisis de su trayectoria permite descubrir que esta mujer no sólo se dedicó a elaborar y publicar relatos que fueron traducidos a varias lenguas, sino que antes de lanzar obras como «Lugares oscuros del corazón», «Miss Herbert», «Muero riendo» y «El hombre que quería a los niños» también sumó experiencia como docente en la Universidad de Nueva York y probó suerte en Hollywood como guionista de materiales cinematográficos.
Hoy en día, esta talentosa novelista que falleció en su ciudad natal el 31 de marzo de 1983 está considerada por numerosos expertos como una de las autores en lengua inglesa más sobresalientes del último siglo.
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